El sector vitivinícola argentino actualizó su Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) con vistas a 2030, que busca diseñar acciones integrales y promotoras del desarrollo y la innovación para esta industria para la próxima década con eje en la sostenibilidad, fundamentalmente social.
“Fueron más de dos años de trabajo intenso, un proceso muy interesante con la participación de más de 1.500 referentes de toda la cadena vitivinícola, desde productores hasta sommeliers“, afirmó a Télam el presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), José Alberto Zuccardi.
Este trabajo, del que participaron más de 30 técnicos, profesionales y dirigentes de los sectores público, privado y académico, con reuniones presenciales en los distintos oasis productivos y encuentros virtuales, se dará a conocer el próximo 6 de marzo en el INTA de Luján de Cuyo en el tradicional desayuno de vendimia de la Coviar, reveló.
Con una lectura crítica del PEVI 2020, la actualización del plan contiene seis objetivos que apuntan a la sostenibilidad económica, ambiental y social: mercados externo e interno; rentabilidad, productividad y calidad; enoturismo y objetivos social y ambiental.
“Los ejes estratégicos del plan original, la promoción del vino en el país y el mundo, y la integración de productores continúan vigentes, pero surgieron con fuerza temas de sostenibilidad, no sólo ambiental sino también social y económica”, remarcó Zuccardi.
Además de buscar aumentar el volumen y valor de las exportaciones y los mercados de destino de la producción del sector, así como el consumo interno, el renovado plan promueve mejorar la distribución, la productividad y la eficiencia de la producción primaria e industrial y la calidad de los productos derivados de la vid.
“Surgió un eje muy potente en el enoturismo, como una dinamización de las economías regionales pero también como un medio de comunicación del vino”, señaló el titular de la Coviar, quien precisó que “la vitivinicultura se está expandiendo, hay 18 provincias con proyectos vitivinícolas, y una de las claves de la expansión está en el enoturismo, que no solo abre una vía de actividad turística sino también un canal de comercialización”.
Además de desarrollar y promover el enoturismo en todas las regiones vitícolas argentinas, el plan aspira a promover la sostenibilidad social en la vitivinicultura con la inclusión de todos los actores y lograr la optimización del uso de los recursos mediante modelos sostenibles en la producción primaria, la industrial y el consumo.
“Venimos de una economía donde se prioriza la rentabilidad de las empresas sin tener presente cuál es el impacto de la actividad socialmente; creo que en la vitivinicultura surgió la necesidad de maximizar la rentabilidad social de la actividad, una visión mucho más abarcativa de la sostenibilidad, que muchas veces -sobre todo en las grandes empresas- no está”, enfatizó Zuccardi.
La actualización del PEVI “nos encuentra en un contexto que se caracteriza por cambios profundos y acelerados que afectan a los sistemas y modelos productivos; esto representa un desafío como también demanda la necesidad de respuestas que permitan hacer de nuestra viticultura una actividad sostenible”, sostuvo la Coviar.
Para Zuccardi, “un plan con una mirada a diez años es una herramienta muy valiosa, indudablemente hay muchos desafíos pero tenemos una estructura para trabajar y gestionar; soy optimista, hay un horizonte para la vitivinicultura, no hemos llegado al techo, la vitivinicultura tiene para desarrollar en todos los aspectos”.
Fuente Telam.