Desde la Federación Económica de Mendoza (FEM), observamos con profunda preocupación la posibilidad de que los proyectos CAREM y RA 10 puedan ser suspendidos o dados de baja, junto con el cierre de las instituciones que los albergan.
En la era actual, el progreso está intrínsecamente ligado a la tecnología. Aunque en los últimos años la realidad económica de la mayoría de los argentinos no nos ha permitido vislumbrar un futuro próspero, un grupo de científicos, investigadores, empresarios y funcionarios no han cesado en su empeño por alcanzar sus metas: el desarrollo tecnológico.
Argentina se distingue como el único país latinoamericano con desarrollo en tecnología nuclear y aeroespacial. Formamos parte de un selecto grupo de seis naciones con tecnología nuclear propia para fines pacíficos. Desde instituciones como la CNEA y nuestra UNCuyo han surgido y siguen surgiendo desarrollos tecnológicos en todas las áreas de investigación.
A pesar de que inicialmente la comunidad científica consideraba que invertir tiempo y recursos en plantas nucleares modulares no era rentable, nuestros científicos, confiados en la tecnología que habían desarrollado, se dedicaron a la ingeniería y construcción del primer reactor nuclear modular: el CAREM. Hombres y mujeres comprometidos con brindar a la patria alternativas de energía a bajo costo se abocaron a este proyecto.
En la crisis energética mundial el reactor CAREM es una solucion viable, sustentable y exportable.
A partir de allí, otros países del mencionado grupo selecto iniciaron el desarrollo de sus propios reactores modulares.
Todo este progreso y avance en investigación no debe ser descartado por las dificultades económicas del momento, como no lo ha sido hasta ahora. El trabajo del INVAP es un ejemplo, con numerosos satélites diseñados, construidos y lanzados al espacio por nuestros científicos, técnicos y empresarios.
La necesidad de ordenar las cuentas públicas no se opone a mantener proyectos que pueden generar divisas mediante la venta de productos o servicios derivados de estas tecnologías.
La esperanza del pueblo argentino debe basarse en acciones concretas, y el desarrollo económico, aunque se haga esperar, puede apoyarse en los logros ya alcanzados. No consideramos que suspender las investigaciones de la CNEA, INVAP y otras instituciones de investigación y desarrollo tecnológico sea el camino, a pesar de las dificultades económicas que enfrentamos.
Es por ello que desde la FEM, solicitamos a las autoridades nacionales y provinciales que mantengan estas instituciones y proyectos, ya que son parte de nuestro orgullo nacional y prueba de nuestra madurez tecnológica.