Integración horizontal con perspectiva de género en la vitivinicultura argentina
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Integración horizontal con perspectiva de género en la vitivinicultura argentina

La Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) en articulación con el INTA promueven y le dan soporte a un grupo asociativo de mujeres viticultoras que buscan mejorar su rentabilidad a través de la elaboración de vinos con marca propia. El rol clave de los Centros de Desarrollo Vitícola.
Redacción
23/06/2021 06:43

Que las mujeres vienen ganando espacio en la vitivinicultura no es una novedad. Tanto en la producción y elaboración de vinos, como en el terreno de las especialidades y otros eslabones de la industria, se destacan mujeres que comenzaron a liderar y crecer en un territorio históricamente ocupado por una mayoría masculina. Es en este contexto, y en línea con los objetivos del Plan Estratégico Vitivinícola en su actualización al 2030, que la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), a través de su unidad ejecutora de Pequeños Productores,y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) acompañan e impulsan el proyecto “Mujeres de la Viña”, una iniciativa que promueve la integración horizontal de productores con perspectiva de género.

El proyecto “Mujeres de la Viña” nace en 2018 a partir de un diagnóstico realizado por el Centro de Desarrollo Vitícola La Consulta (Mendoza). Allí se detectó la presencia de mujeres productoras de la zona, que trabajaban individualmente pero que compartían las mismas demandas, inquietudes, temores, prejuicios e intenciones de permanecer y desarrollarse en el sector. Fue a partir de estas inquietudes que se desarrolló el primer encuentro en 2018 y desde entonces se buscó continuar con el espacio de integración horizontal para capacitarse, afianzar vínculos y trabajar en forma conjunta.

A la fecha, el grupo está conformado por 21 mujeres productoras de vid que, luego de varios encuentros de debate y de exposición de las realidades de cada unidad productiva, y atendiendo al diagnóstico socioeconómico actual que atraviesa la vitivinicultura argentina, concluyeron en la necesidad de buscar alternativas de mejora en cuanto al trabajo organizativo y la rentabilidad, así como en la necesidad de acceder a capacitación y acompañamiento en la elaboración de un vino de alta calidad y con marca propia. Todo esto con el fin de darle valor agregado a la materia prima que producen (uva de media y alta gama) para ganar sostenibilidad.

Actualmente, el grupo se propone elaborar 2.000 litros de vino de alta calidad que se comercializarán bajo la marca “Apasionadas”. Luego, en la medida que los procesos de comercialización resulten exitosos, se proponen aumentar gradualmente la producción, con la intención de posicionar la marca en el mercado local. Al momento ya cuentan con 500 botellas de vino distribuidas en 250 botellas variedad de Malbec y 250 botellas de Merlot, ambas de la cosecha 2020, que se destinarán a la venta.

Acompañando este objetivo, la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) brindó un aporte económico de 250.000 pesos para que el grupo pueda adquirir equipamiento, el cual incluye una despalilladora, tanques para vinificación y una bomba centrifuga. Se trata de un crédito para el fortalecimiento de capital de trabajo que no es reembolsable, pero mediante el cual el grupo se compromete a reinvertir la misma cantidad de dinero en más capital de trabajo para crecer como unidad productiva. En tanto, desde el INTA sede La Consulta se les brindó un espacio físico en calidad de préstamo en la Estación Experimental que les permite conservar y fraccionar el vino que luego comercializan.

Las integrantes del grupo, por su parte, aportaron ya durante la Vendimia 2021 la mano de obra para la cosecha de las uvas, la elaboración del vino y el fraccionamiento en botella. Además, por ser un proyecto de integración horizontal cada una de las productoras del grupo contribuyó con 200 kilogramos de uvas para la elaboración de los 2.000 litros de vino que se proponen comercializar.

“Mujeres de la Viña” se constituye, entonces, como un caso de éxito dentro del trabajo que se viene realizando desde los Centros de Desarrollo Vitícola (CDV), con el objetivo de identificar necesidades, definir estrategias colectivas e implementar acciones para el desarrollo vitivinícola; fortaleciendo la participación y extensión de conocimientos a los pequeños productores, como así también a las instituciones y mecanismos que apoyen la integración horizontal y vertical de los productores.

A nivel nacional, hoy funcionan 13 Centros de Desarrollo Vitícola en distintas regiones del país: 7 en Mendoza, 2 en San Juan, 1 en La Rioja, 1 en Catamarca, 1 en Salta y 1 en Patagonia Norte.