El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha expresado un marcado interés en respaldar a Argentina, abriendo la posibilidad de que el país se convierta en candidato para recibir financiamiento a través de su Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés, o FFRS), según señaló la directora del FMI, Kristalina Georgieva, el pasado lunes. Este anuncio precede a una próxima reunión personal entre Georgieva y el presidente electo de Argentina, Javier Milei, programada para el martes durante la visita de Georgieva a Washington.
La jefa del FMI describió un encuentro virtual previo entre Milei y el FMI como un "compromiso muy constructivo, una discusión muy seria", y manifestó a Reuters: "Vamos a ver cómo avanza el compromiso, pero es un primer paso prometedor".
Georgieva resaltó la importancia de que Argentina aborde los desequilibrios macroeconómicos acumulados y se mostró particularmente interesada en apoyar al país en la resolución del persistente problema de la inflación. Subrayó la necesidad de crear un entorno propicio para un crecimiento impulsado por el sector privado, con el objetivo de estimular el empleo y fortalecer la economía en general.
En este contexto, el FMI ha propuesto el uso del Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) como un mecanismo para ayudar a países con ingresos bajos o medios que enfrentan riesgos estructurales a largo plazo, vinculados al cambio climático y la prevención de pandemias. Georgieva expresó su interés en explorar cómo Argentina podría volverse menos vulnerable a fenómenos climáticos, destacando que esto podría generar ingresos adicionales de aproximadamente $1.300 millones de dólares, una cifra relevante para abordar desafíos económicos urgentes, como la llamada "bomba de leliqs".
El Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad fue establecido por el FMI con el propósito de respaldar a países que enfrentan riesgos estructurales a largo plazo. Georgieva enfatizó la importancia de abordar los problemas estructurales y de adaptación de Argentina, como la sequía, para acceder a este mecanismo de apoyo.
En cuanto al programa de $44.000 millones del FMI destinado a Argentina, que actualmente está programado para finalizar en septiembre de 2024, no está claro cómo la posible utilización del fondo fiduciario afectaría este programa, considerado el más grande del FMI.