La imagen que marca el contraste entre los jugadores de la "verde amarela" y su entrenador Dorival Jr en los instantes previos a la definición por penales ante Uruguay es patética y, a la vez, recorre el mundo cual si fuera un claro ejemplo de un fenómeno insospechado en la última década.
Por un lado, los futbolistas le dan la espalda y desoyen el intento del DT por comunicarles su mensaje.
Por el otro, el conductor grupal se queda en un segundo plano tal como si fuera apenas un colaborador y no la máxima autoridad del colectivo de futbolistas durante tan decisivo momento.
DE NO CREER
Este proceso de derrumbe paulatino comenzó luego de la obtención de la quinta estrella en Corea-Japón 2002, con la que se convirtió en el único seleccionado con cinco Copa del Mundo conquistadas.
A partir de esa victoria, en los cinco mundiales siguientes fue eliminado por selecciones europeas: 2006 por Francia, 2010 por Holanda, 2014 por Alemania, 2018 por Bélgica y 2022 por Croacia.
Todo lo contrario a su quinteto de conquistas, también ante europeos: 1958 a Suecia, 1962 a Checoslovaquia, 1970 a Italia, 1994 a Italia y 2002 a Alemania.
Pues bien, más allá de lo estadístico, el punto medular es qué le está sucediendo a una camiseta tan cargada de gloria.
Aún en la fase de grupos de esta Copa América 2024, fue Cafú quien alertó con respecto a qué le puede pasar a la actual generación de futbolistas brasileños jóvenes que pueblan las ligas de élite en el viejo continente, tal como la Premier League.
El, para muchos, mejor lateral derecho de la historia, dijo: "Me temo que cuantos más brasileños pasen a la Premier, menos posibilidades tendrá Brasil de ganar un Mundial. Allí, los medios les lavan el cerebro diciendo que son los mejores del mundo y, mientras tanto, no están ni cerca de serlo".
Marcelo Bielsa, semanas atrás, comentó que "Vinicius es el mejor extremo del mundo, pero no el mejor delantero del mundo".
Y así, sucesivamente,
Los jugadores premium del fútbol brasileño combinaron inventiva, creatividad, talento y eficacia en dosis exactas y por arriba de la media en relación a otros, más allá de cracks que rompían el molde en otras selecciones nacionales.
Ahora, pareciera que la escuela europea de control y pase está tan internalizada en las figuras surgentes que aquella diferenciación que otrora demostraban los talentos de épocas pasada están quedando reservados a los archivos.
Ni siquiera hace falta retrotraerse a la época de Pelé, sino acercarse a lo que fueron Sócrates, Ronaldo, Ronaldinho, Romario, Bebeto y Neymar, quien fue y es la última aparición fulgurante.
La escuela brasileña está perdiendo identidad como tal y esto es algo que, por más ventas millonarias que se hagan, conspira contra el proceso de formación integral que debe tener un crack, sí o sí.
Desde la eliminación a manos croatas en Qatar 2022, Brasil perdió amistosos contra Senegal y Marruecos, empató de local con Venezuela en las eliminatorias, perdió con Uruguay luego de 22 años también en eliminatorias, competencia en la que también cayó por primera vez ante Colombia y, ni qué hablar cuando en la actual eliminatoria sudamericano dejaron su invicto de local tras el triunfo de Argentina en noviembre pasado y en el Maracaná.
Ahora, el revés reciente ante Uruguay implica otra situación incómoda: haber sido eliminados en una instancia de cuartos de final.
Brasil, en síntesis, pareciera estar olvidándose de sí mismo.
Y, de no reflotar su verdadera esencia futbolística, corre el peligro de ir disolviendo su propia identidad.
Así, de no hacerlo, "Tristeza não tem fim" se prolongará quién sabe hasta cuándo,