El exfutbolista de la selección ecuatoriana, Pedro Pablo Perlaza, y su amigo Juan Carlos Morales vivieron horas de angustia al ser secuestrados en Atacames, provincia de Esmeraldas. Tras tres días de cautiverio, un operativo de la Policía Nacional, que incluyó enfrentamientos armados, logró liberarlos con vida, aunque presentaban signos de maltrato.
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El rescate: una operación en medio de la violencia
La liberación estuvo a cargo de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (UNASE), cuyos agentes actuaron rápidamente en una región afectada por un preocupante aumento de la criminalidad. Durante la búsqueda, el hallazgo de dos cadáveres en Atacames encendió alarmas, pero más tarde se confirmó que no correspondían a las víctimas.
Este caso pone en evidencia la grave crisis de seguridad que enfrenta Ecuador, un país que en 2023 registró una de las tasas más altas de homicidios en América Latina.
Pedro Pablo Perlaza: de campeón a sobreviviente
Originario de Esmeraldas, Perlaza se destacó en el fútbol ecuatoriano con una carrera que incluyó momentos brillantes y dificultades. Brilló con Delfín Sporting Club, donde se consagró campeón de la LigaPro en 2019, y con Aucas, logrando otro título en 2022. Además, fue convocado por Gustavo Alfaro para las Eliminatorias al Mundial de Qatar 2022.
Un mensaje de esperanza tras el calvario
Tras su liberación, Perlaza expresó su profundo agradecimiento al equipo de la UNASE y destacó que esta experiencia le dio una nueva perspectiva de vida. "Es como volver a nacer", declaró el futbolista, quien aseguró que continuará adelante con su vida y carrera profesional.
El caso de Pedro Pablo Perlaza no solo expone el peligro de la inseguridad en Ecuador, sino también el coraje y la eficacia de quienes trabajan para combatirla.