Por un momento o, quizás, no solo por uno sino por varios, el estadio "Más Monumental" se convirtió anoche en el Teatro Colón. Si mantenemos la línea metafórica, más que un partido de fútbol lo que se presenció fue la actuación de un ballet en compañía de una orquesta sinfónica también de nivel premium.
La Selección Argentina sigue construyendo camino a su andar reinventándose a sí misma.
No hay antecedentes de las anteriores selecciones campeonas mundiales, tales como las de 1978 y 1986, que se hayan proyectado en una línea de tiempo con mantenimiento de su base y recambio como lo que hace la actual.
Fue César Menotti, en su momento, quien le subió el pulgar a un, por entonces, ignoto entrenador como lo era aquel jovencísimo Lionel Scaloni.
Una conversación a solas, entre el "Flaco" - por entonces asesor de la AFA - y el novel director técnico selló el acuerdo.
Tampoco se trataba de un paracaidista o un recomendado por alguien, sino de quien había construido un vínculo con la dirección técnica desde su experiencia en España con juveniles hasta luego ser convocado por Jorge Sampaoli como su ayudante de campo en Sevilla, exactamente ocho años atrás, hasta el Mundial de Rusia 2018.
Lo demás es historia conocida: el Sub 20 para el tradicional certamen de L'Alcudia y el interinato con un año de prueba hasta haber sido confirmado como conductor de la Selección Mayor.
Hoy día, la "Scaloneta" no solamente luce orgullosa sus logros en las Copa América 2021 y 2024, la Finalissima 2022 y la Copa del Mundo Qatar 2022, ya que se mantiene como primera del ranking FIFA desde hace 34 meses consecutivos.
En ese marco, la figura exponencial de Lionel Messi ha crecido sin límite de tiempo ni fecha de retiro próxima.
La sincronía entre ambos Lionel es perfecta por donde se la mire.
Leo, al haber elegido Inter Miami como destino, se había sacado las espinas de su conflictivo paso por Paris Saint Germain, donde recibió maltrato, ninguneo y se lo tomó como chivo expiatorio de los fracasos futbolísticos del club francés en la Champions League.
Ya en suelo estadounidense, donde el fútbol está lejos de ser vivido con la pasión que despierta en otras partes del planeta, el crack volvió a rodearse de afecto y desarrolla su vida familiar como la de cualquier mortal.
Más allá de las competencias con "las Garzas", lo cierto es que la prioridad en la carrera deportiva del astro continúa siendo la albiceleste.
Estas eliminatorias sudamericanas así lo certifican: Messi es la figura máxima y el conjunto lo rodea blindándolo tanto dentro como fuera del campo de juego.
En un abrir y cerrar de ojos, Argentina ya estará clasificada para la Copa del Mundo 2026 y podría conseguirlo antes del fin de año, ya que se suele clasificar con 26 puntos y en este momento se suman 22, con la última doble fecha FIFA del año frente a Paraguay y Perú, en noviembre próximo.
De hecho, Leo estaría a punto de conseguir otra marca: la de ser el primer futbolista de la historia en jugar seis mundiales consecutivos: Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018, Qatar 2022 y Estados Unidos/México/Canadá 2026.
¿Y después, qué?
Messi tendrá 43 años en 2030.
Demasiada edad para un futbolista de alta competencia, más allá del físico cuidado desde que se formó en "la Masía" del Barcelona.
Sin embargo, la Copa del Mundo que conmemorará el centenario de las competencias mundiales (Uruguay 1930) contiene una connotación histórica para el fútbol sudamericano y, sobre todo, para el rioplatense.
De hecho, el proyecto original aún con Julio Grondona en vida, era que este Mundial se jugase en suelo argentino y uruguayo, aunque económica y políticamente aquel sueño original quedó trunco.
La única compensación a nivel de la Conmebol es que se dispute un partido en Argentina, otro en Uruguay y el restante en Paraguay, como sede de la confederación sudamericana.
¿Por qué no darle a Leo la chance de que su retiro definitivo sea en 2030? Aunque sea jugando pocos minutos, claro está.
El enorme poder simbólico que tendría esta posibilidad sería una reivindicación de todo lo que construyó quien, para muchos, es el mejor jugador de la historia.
El fútbol se compone de factores deportivos, pero también sociológicos, psicológicos e históricos.
Una línea de tiempo en progresión podría indicar que ese momento se transformaría en una referencia icónica.
Messi 2030...ojalá.