Por Sergio Levinsky desde Miami
El equipo albiceleste deberá esperar ahora a su rival que surgirá del Grupo B que se definirá mañana, con la mayor chance de que surja del partido que jugarán México y Ecuador, con mucha menos chance para Venezuela.
La selección argentina tuvo un discreto desempeño ante el inentendible planteo peruano, que necesitando ganar se acercó muy poco al arco de un muy seguro Emiliano “Dibu” Martínez, pero pudo haber ganado por mayor diferencia debido a que Leandro Paredes desperdició un penal en el segundo tiempo. Su remate se estrelló en el palo.
Sin tener un juego muy directo, la selección argentina pareció apropiarse de la pelota en los primeros minutos, cuando el necesitado de puntos en el partido era Perú, que no asomaba por el campo rival.
Sin embargo, ese dominio argentino no se veía reflejado en llegadas claras, con la misma lentitud en la salida que con el equipo titular en los primeros dos partidos del grupo, algo que permitía a Perú reagruparse atrás, siempre con un esquema de tres defensores, cuatro volantes, un enganche (Peña) y dos atacantes (Flores y el muy veterano Paolo Guerrero).
Recién a los 27 minutos tuvo Argentina la primera posibilidad cierta de convertir, cuando Leandro Paredes ejecutó un tiro libre angulado que el arquero Gallese alcanzó a rechazar in extremis. Al equipo nacional le faltaba soltura y cambiar de ritmo cuando distribuía la pelota, sin que su rival pudiera ser más que testigo, casi sin acercarse al arco de “Dibu” Martínez, algo inentendible por su necesidad de puntos.
En un primer tiempo muy aburrido y casi sin llegadas, el único que generaba algunos problemas fue Ángel Di María por la derecha, aunque no es precisamente donde más rinde. Por la izquierda, Alejandro Garnacho apareció muy trabajo en su accionar y tampoco el mediocampo conectaba con los atacantes, dejando a Lautaro Martínez demasiado aislado.
La mejor jugada del primer tiempo llegó sobre la hora, cuando, por fin, la selección argentina consiguió desbordar por la derecha con dos jugadores, Di maría y Gonzalo Montiel, y el centro atrás, como manda la ortodoxia, fue conectado por Giovani Lo Celso, provocando una gran atajada de Gallese, la figura del partido.
Todo pareció cambiar en el segundo tiempo, porque al minuto, ya se puso en ventaja el equipo argentino, gracias a una muy buena definición de Lautaro Martínez, que quedó, por fin, solo ante Gallese por una muy buena habilitación de Di María, para llegar a su tercer tanto en la Copa.
Sin embargo, ni siquiera el gol argentino pareció despertar a Perú, que cada vez se alejaba más de una posible clasificación. El único movimiento vino desde el banco de suplentes, donde su entrenador uruguayo Jorge Fosatti hizo entrar a otro delantero, Gianluca Lapadula, para sumarse a Guerrero en un teórico ataque que nunca llegaba.
En cambio, el equipo argentino pareció acomodarse cada vez más al partido, reteniendo la pelota y ya con el resultado a su favor, si bien careciendo de profundidad, igualo que en el primer tiempo.
A los 25 minutos, en una de las jugadas más claras para el contragolpe, Gonzalo Montiel envió un centro por la derecha que rebotó en el brazo de Castillo, que había ingresado por Cartagena, y el árbitro César Ramos cobró penal para la selección argentina. Lo ejecutó Leandro Paredes y la pelota pegó en el palo izquierdo de Gallese.
La selección argentina se paraba cada vez más para el contragolpe, y así Enzo Fernández tuvo otra ocasión de gol por la izquierda, pero su remate terminó con la pelota en la parte exterior de la red de Gallese.
A los 40 minutos del segundo tiempo, Lautaro Martínez, evidentemente en racha positiva, aprovechó un error grave en la defensa peruana, y definió muy bien entrando al área y a la desesperada salida de Gallese para establecer el 2-0 y su cuarto tanto en el torneo.