El automovilismo chileno goza de una rica historia a lo largo de más de un siglo. Pilotos de la talla de Lorenzo Varoli, Eliseo Salazar, Juan Zanelli, Boris Garafulic o Giuseppe Bacigalupo se encargaron de que esto sea así.
Y es justamente Bacigalupo el protagonista de esta nota. Es que además de ser el piloto con más títulos alcanzados en el deporte tuerca chileno, “El Pepe”, además, tiene un estrecho vínculo con el automovilismo argentino que se ha mantenido durante muchos años.
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Un vínculo que arrancó con una propuesta para correr cuando Bacigalupo “la descocía” en la Fórmula 3 chilena y sudamericana.
Su prolijo andar y el alto ritmo alcanzado en las competencias llamaron la atención de los jefes de escuadras de varios equipos argentinos, pero la juventud, el casamiento reciente de aquel entonces y el nacimiento de su primera hija dejaron trunca la posibilidad para que Giuseppe volara en los autódromos gauchos.
Juan Carlos Ridolfi, Carlos Capurro, Kurt Horta, fueron algunos de los contemporáneos con lo que Bacigalupo debió lidear.
Hoy por hoy El Tano se encuentra totalmente dedicado a la familia. El empresario nacido en Rengo añora la época dorada del automovilismo chileno, en especial la de la Fórmula 3, esa que dominó a “gusto y piacere” durante tantos años (1985, 1986, 1987, 1988, 1991, 1992, 1993, 2001, 2002, 2004, 2022).
“Sueño, aunque sea en parte, recuperar el nivel y el prestigio de la Fórmula 3. Hoy estamos muy lejos de los mejores años de la categoría. Tenemos todo para tratar de levantarla, pero estimo que falta voluntad” dice y explica el también piloto de la Fórmula 4.
“El automovilismo chileno goza de una rica historia y contamos, lo digo y afirmo porque lo he visto, con un enorme semillero. Debemos trabajar a conciencia y saber captar la atención de los amantes de este deporte porque entiendo que la llama está viva” asegura Bacigalupo en la oficina de su taller ubicado en el corazón de Santiago de Chile.
“Siempre he tenido un vínculo muy grande con el automovilismo argentino. Mantengo una cordial relación con Juan Manuel Basco, también con el Peluche Cáceres que corrió en la Fórmula 3 chilena, igual que Julián Santero. Ellos (Cáceres y Santero) vinieron cuando eran muy chiquititos y ya mostraban las enormes condiciones con las que contaban. Con El Peluche he perdido el contacto y Santero lo he ido a ver a varias carreras. De todas maneras, nunca me he acercado a saludarlo a boxes porque se lo que se vive antes de una carrera y soy respetuoso de la intimidad. Se de sus logros y me poner muy contento”.
Por último, la leyenda del automovilismo Trasandino, se refirió a la fusión de sinergia entre la categoría de karting IAME y la Fórmula 3, que tiene por objetivo unir fuerzas para que niños y jóvenes den el salto correcto en el automovilismo. “Esto representa una gran alegría haber concretado esta alianza, pues es algo que se necesitaba. La transición en el automovilismo, como en todo orden de cosas, es algo delicado. Y en el caso de lo acordado el paso desde un kart a un monoplaza debe ser hecho con un método y acumulando aprendizaje. Así, ojalá alguna vez volvamos a tener a un chileno en la Fórmula 1”, agregó Giuseppe Bacigalupo, recordando la figura de Eliseo Salazar, quien entre 1981 y 1983 estuvo en la máxima categoría del automovilismo mundial.
Fotos: Bill Torres
Agencia GlobeSport
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