El post partido tras Canadá estuvo matizado por la frase contundente de Leo: "nos quedan las últimas batallas".
Puede aplicarse a la final si es que se interpreta el plural en la expresión y esta engloba a todos los jugadores del plantel.
Sin embargo, una interpretación así encaja en una expresión de deseos.
Messi le está abriendo la puerta a su propio "Last Dance", más allá de que -se presume- podría llegar al Mundial 2026 y dar las hurras con 39 años de edad.
Mientras, Di María y Otamendi, quienes cumplirán 37 en febrero próximo, navegan entre la despedida ahora de uno y la incertidumbre del otro.
A todos le llega el tiempo de recambio y en cualquier ámbito, pero no es sano abandonarse y vivir de evocaciones sin ánimo de reinventarse a sí mismo y recomenzar a escribir la historia propia.
En esta Selección, la prueba de fuego del domingo, frente a Colombia, marcará cómo los límites deberán superarse para potenciarse y afrontar el escollo de un rival en su justo punto expansivo.
Será una gran final, a puro fútbol y sin violencia explícita ni simbólica.