El vínculo de amistad extrema entre Lionel Messi y Javier Mascherano nació en 2005 cuando José Pekerman, por entonces entrenador del seleccionado argentino de mayores, convocó a Leo luego del muy exitoso paso en el Mundial Sub-20 ganado ese mismo año en Holanda.
Del grupo de trabajo de quien fuera el muy exitoso entrenador de juveniles se había anotado la máxima victoria fuera de una cancha: organizar un partido en el estadio de Argentinos Juniors para que el pibe que brillaba en las divisiones formativa el Barcelona vistiera la celeste y blanca en un amistoso (ante Paraguay) y, de esa forma, se oficializara su ingreso a la máxima representación del fútbol nacional, desarticulando – así – la idea de los españoles para nacionalizarlo en su propia Selección.
La explosiva carrera del Diez rompió todo tipo de límites y su participación en el Mundial 2006 - debutó con un gol en el 6-0 a Serbia- reforzó más la ligazón con el “Jefecito”. Mientras el crack hacía estragos en el blaugrana, el volante central dejaba Corinthians para iniciar su periplo en la Premier League: primero en West Ham y luego en Liverpool. En los “reds”, precisamente, “Masche” había firmado su contrato con una cláusula: libertad de decidir motu proprio qué camino seguir si llegaban ofertas convenientes para cambiar de camiseta.
La dirigencia del club británico incumplió con lo que se había pactado y fue remisa a aceptar el diálogo con la entidad catalana. Claramente, la influencia de Messi para que se concretara la transferencia marcaba que, por peso propio, esta iba a hacerse efectiva sea en el momento que fuese. Inclusive, sin ser un jugador del tipo conflictivo, el mediocampista se negó a jugar frente a Manchester City y a partir de esta decisión ya no hubo retorno. Así, después de tres años en la ciudad originaria de Los Beatles, se cumplió lo convenido y se incorporó al – por entonces – mejor equipo del mundo. Allí, ambos amigos compartieron ocho temporadas exitosas, desde la 2009-2010 hasta la 2017-2018. Y, en la Selección, fueron trece años consecutivos hasta que el centrocampista decidió archivar la albiceleste luego de Rusia 2018.
Si bien los azulgranas arrasaban en la liga española y también en competencias internacionales – ganaron dos Champions League y luego sendos Mundial de Clubes – también había quedado grabado en la dupla Messi-Mascherano la obtención de la medalla dorada en Beijing 2008. En esos tiempos, no se le prestaba la importancia que la competencia olímpica tiene hoy día, pero esta representó la única conquista a nivel selecciones en la que participaron ambos.
Previo al Preolímpico Sub-23 de Venezuela, la noticia que rompió el statu quo fue que ni más ni menos que Leo y Ángel Di María manifestaron el deseo de sumarse al seleccionado argentino si es que se lograba la clasificación a Paris 2024. De hecho, hasta el propio Mascherano se quedó sorprendido e, incluso, llegó a decir que Lionel Scaloni también estaba en condiciones de dirigir a la albiceleste en los juegos olímpicos si él manifestase su decisión de hacerlo. Cabe recordar que la reglamentación del COI permite que hasta tres futbolistas mayores de 23 años puedan incorporarse a la competencia.
El posteo del capitán de la Selección Argentina apenas dos minutos de finalizado el juego en Caracas dejó una doble interpretación: “Vamooosss!!!”, escribió junto a la imagen de la consagración ante la “verde amarela”. Y ese “vamos”, con la “o” y la “s” estiradas no solo se interpreta como una interjección de ánimo, sino también en proyección de estar él mismo en la capital parisina, de donde no se fue feliz durante su inapropiada experiencia en el PSG.
Tanto Messi como “Fideo” fueron campeones olímpicos en 2008, por lo que ahora – de confirmarse sus respectivos lugares en el plantel – tienen la posibilidad de sumar la segunda presea dorada, lo cual también abre un interrogante: qué pasará con vistas a la Copa del Mundo 2026.
En junio próximo se disputará la Copa América 2024 en Estados Unidos, cuya final será en julio. Y aquí está el otro interrogante, porque la gran cita parisina empezará apenas diez días después de la finalísima futbolística americana.
Di María adelantó después de Qatar 2022 que este había sido su último Mundial y que su ciclo finalizaría con Estados Unidos 2024. Por eso llamó la atención su anuncio sobre jugar en París, pero tampoco se espera que juegue en 2026.
En el caso de Messi, aún no hay nada definido sobre si jugara o no en 2026. Se cree que sí lo haría y como cierre de su extraordinaria carrera, pero falta que él mismo lo manifieste.
Una tercera opción es que Leo y Angelito terminen sus respectivos ciclos con la albiceleste en Paris 2024.
Lo cierto es que, en definitiva, este semestre marcará tendencia de opinión con respecto a los dos. Solamente ellos mismos mantienen el poder de decidirlo.
Sea lo que fuere, el fútbol argentino les tiene y tendrá un agradecimiento eterno.
Sean eternos los laureles que se supieron conseguir.