Godoy Cruz logró sacarse de encima las críticas implacables por su eliminación en la Copa Argentina ante Excursionistas, un equipo de dos categorías abajo.
El "Expreso" se plantó firme en la cancha de Arsenal -Barracas Central hizo de local- convencido de que en Sarandí podía empezar la recuperación y más ante un rival como "el Guapo", que generalmente complica a sus ocasionales rivales.
Además, el protagonismo de la lluvia condicionó a ambos equipos, que tuvieron que adaptarse al campo de juego desde el primer minuto hasta el último.
El Tomba trabajó tácticamente presionando en alto y obligando a que los dirigidos por Rubén Darío Insúa tuviesen que salir con pelotazos o con salidas desde los laterales dificultadas por cómo se estaba deteriorando el césped.
De a poco, el "bodeguero" fue posicionándose sobre campo rival y comenzó a crecer a partir de la capacidad de distribución que demostró Bruno Leyes durante todo el encuentro.
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Con astucia y determinación para ocupar el espacio vacío, Luca Martínez Dupuy les generó dificultades a los centrales locales, hasta que mostró sus condiciones técnicas para quebrar hacia un costado y autogenerarse el espacio vacío para definir con un disparo de zurda, potente y preciso, que se transformó en el 1-0 parcial
A partir de allí es donde surgió otro factor destacado en el planteo de juego tombino, ya que sus volantes trabajaron desdoblándose en apoyo a la defensa, pero también en la salida rápida cuando se recuperaba la pelota.
Lejos de retroceder masiva y permanentemente, la posibilidad de sacar una contra en progresión seguía latente y esto obligó a los albirrojos a un doble desgaste de energía para cubrir los espacios que el propio desarrollo del juego venía generando.
La segunda etapa trajo consigo un revulsivo local, que salió a presionar en los costados, adelantó su línea de mediocampistas y sumó a Facundo Bruera, quien complicó con sus movimientos llegando al área como dentro de ésta, al punto de que logró el empate a seis minutos de la reanudación del cotejo.
Fue clave que la zona central de Godoy Cruz se recompusiera rápido y en esto tuvo mucho que ver el sentido de ubicación que tuvo Leyes como referencia para sus compañeros en modo receptor de pases largos como también cortos.
La circulación fluida del once tombino decantó en que Nicolás Fernández estuviese más respaldado cuando lograba quebrar la línea de contención del contrincante, que poco a poco se iba desgastando en intentos que pocas veces progresaban tal como habían sido planificados.
El juego marcaba que, al menos, se iba a lograr sumar de a uno, hasta que la combinación de oportunismo, olfato y capacidad de atacar el espacio en el momento indicado le permitió a Martínez Dupuy sellar el resultado con una definición de manual para el 2-1 definitivo.
En síntesis, el "Expreso" curó sus heridas y, simbólicamente, limpió el horizonte para asumirse como una formación que mostró puntos altos tanto en el juego asociado y la capacidad para transformar la angustia que le había provocado el revés inesperado ante "el Villero".
Tras el temporal salió el sol y, desde ahora en más, tiene la palabra para cumplir con los objetivos de máxima que se plantea.
LA VOZ DEL GOLEADOR