Hasta 1975, la Copa América era denominaba "Campeonato Sudamericano" y el certamen de 1937 fue de los más complicados en cuanto a la vestimenta.
Por entonces no era usual que las selecciones tuvieran camisetas alternativas y muchas tampoco utilizaban los colores que lucen actualmente.
Por este motivo, Brasil debió utilizar la camiseta de Boca Juniors en ese torneo y frente a Chile.
Para esa época el Scratch vestía de blanco. Aún faltaban 13 años para que se produzca el fatídico "Maracanazo", hecho por el cual los brasileños enterraron esa camiseta por casi 70 años.
¿PERÜ CON LA DE SAN LORENZO?
Los mismos colores llevaba Perú, su rival en el debut, aunque con una franja roja. Algunos periodistas peruanos señalan que su selección salió al segundo tiempo con la camiseta de San Lorenzo; mientras que otros sostienen que fue la Canarinha quien utilizó la de Independiente de Avellanedadesde el inicio del encuentro.
Lo que sí está confirmado fue lo que ocurrió apenas una semana más tarde, cuando Brasil debía enfrentar a Chile, que todavía vestía de blanco -color que utilizó hasta 1945-.
Los organizadores, a través de un sorteo determinaron que los brasileños debían cambiar su vestimenta. Lucieron el Azul y Oro de Boca. Pese a que no hay una crónica oficial de aquella situación, se estima que uno de los colaboradores era fanático del Xeneize y tenía buena relación con la Comisión Directiva. Fue victoria por 6 a 4 con goles de Patesko (2), Carvalho Leite (2), Luisiho y Roberto.
Para los partidos siguientes Brasil no tuvo más problemas con su equipación. Pudo lucir sus colores ante Paraguay, Uruguay y Argentina.
CAÍDAS BRASILEÑAS ANTE ARGENTINA
A la albiceleste se la cruzó dos veces en aquel campeonato: en la fase regular y en el partido desempate. Los locales debían ganar para forzar el encuentro definitorio, y lo hicieron por la mínima con gol del Enrique Chueco García a los 48 minutos.
La final, disputada en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo, también terminó con victoria argentina. En este caso fue 2 a 0 con un doblete en el alargue de un joven Vicente de la Mata, quien apenas tenía 17 años.