Real Madrid y Liverpool se midieron este martes en el Alfredo Di Stéfano por la ida de los cuartos de final de la Champions League
Uno de los partidos más esperados del mes tuvo lugar ayer por la tarde en España. El Real Madrid salió a jugar con dos bajas importantes: Sergio Ramos y Raphael Varane. De esta manera, Zinedine Zidane optó por Militao y Nacho para conformar la dupla central que tenía como principal objetivo desactivar el peligro que pudieran generar Mané, Salah o Diogo Jota.
El silencio del Alfredo Di Stéfano permitió escuchar a los protagonistas. La preocupación del entrenador del Merengue se amparaba en la presión constante de su rival y apostaba por los disparos de media distancia de Karim Benzema y Lucas Vázquez. Del otro lado, Jürgen Klopp sólo daba señales en referencia a la velocidad del juego que debían imponer sus dirigidos.
A pesar de la paridad y de la falta de situaciones de riesgo, el conjunto de la Casa Blanca fue el que hizo los méritos en todo el primer tiempo. Aspi, logró abrir el marcador a través de la sociedad que conformaban Vinicius Junior y Ferland Mendy por el sector izquierdo. La fórmula de Zizou estaba en el vértigo del brasileño y las proyecciones del francés.
Casi en la mitad del primer tiempo, Toni Kroos pone una asistencia demencial al pecho de Vinicius. El delantero dominó a la perfección y resolvió la acción con un disparo rasante que dejó fuera de escena a Alisson. Un golazo para que el Real Madrid obtenga la ventaja y alimente sus esperanzas de obtener el boleto hacia la siguiente fase.
Ya a los 36 minutos, Marco Asensio fue el responsable de extender la diferencia al capitalizar un grosero error defensivo de Trent Alexander Arnold. El delantero aprovechó un rechazo hacia el centro y corrió hacia la red, vulnerando la resistencia de Alisson. El Merengue demostraba, una vez más, el significado de la palabra mística.
Sin embargo, en el complemento los de Zinedine Zidane salieron con una postura más austera y el Liverpool lo aprovechó. El ingreso de Thiago Alcántara en lugar de Naby Keita antes del descanso demostró el disgusto que tenía Klopp con la producción de su equipo. Y los gritos en el vestuario confirmaron los cambios en la mentalidad del elenco británico para la segunda parte. Así, cuando se reanudaron las acciones, Salah se encontró con una pelota dentro del área de Thibaut Courtois y celebró el descuento para mantener la serie abierta.
Cuando parecía que se le empezaban a complicar las cosas al Real Madrid, Zidane envió una orden que fue determinante para volver a sacar una ventaja de dos goles. Retrasó unos metros a Benzema y envió a Vinicius de nueve. Así, después de un contragolpe que no prosperó por una mala decisión de Asensio, el brasileño festejó el 3-1 luego de recibir una gran asistencia de Luka Modric. El beso en el escudo de Vini culminó con la obra del mejor hombre de la noche.
El espectáculo terminó con un Merengue como dueño y amo de una pelota que no llegaba a la posesión de los Reds. Y cuando los de Klopp conseguían obtener balón, la numerosa línea defensiva del Real Madrid (por momentos hasta con 5 jugadores) atentaba contra las escasas ideas que podían gestar Wijnaldum o Xherdan Shaqiri. La Casa Blanca se quedó con la victoria por la inteligencia de su entrenador, la eficacia de su máxima figura y el sacrificio de un elenco que quiere volver a conquistar a Europa. Si bien la serie está abierta, los de Zidane dieron un gran paso hacia las semifinales del torneo más codiciado del continente.