La Cámara de Diputados, por iniciativa de Marisa Garnica (FdT-PJ), entregó un reconocimiento a la boxeadora Viviana Corzo, apodada “Vivi La Doga” o “Tía Doguita”, por su aporte, compromiso y labor solidaria. La distinción fue entregada de manos de las diputadas Garnica y Verónica Valverde, una de las coautoras de esta iniciativa que ya contaba con aprobación legislativa, bajo Resolución 951/20.
Viviana Corzo, conocida como “Vivi la Doga” cuando se desempeñaba como boxeadora profesional, “tenía planes y proyectos de hacer peleas internacionales”, pero “a los 26 años su vida cambió y por culpa de un accidente, Viviana debió dejar la práctica del boxeo, colgando los guantes por un tiempo hasta que se dio cuenta que con sus conocimientos podía ayudar a mucha gente”, señala la fundamentación.
Viviana es madre de 13 hijos y en el barrio de Godoy Cruz en el que vive, “se coloca los guantes cada día para enseñarles a un grupo de más de 30 chicos a defenderse. Con sus talleres educativos, los chicos pueden aprender un oficio, o bien iniciar una carrera profesional. A la escuela de boxeo de Viviana, en el barrio El Paraíso, de Godoy Cruz, asisten niños y jóvenes que viven en las cercanías al Polideportivo (está ubicado sobre el Corredor del Oeste) como así también en los barrios Campo Pappa, La Estanzuela o simplemente, en la calle”, subraya el texto legislativo.
Son jóvenes que “arrastran diferentes padecimientos y experiencias personales por demás complejas, principalmente con un pasado vinculado a adicciones y drogas en la mayoría de los varones y por maltratos físicos en el caso de las chicas. Viviana hace hincapié que el deporte sirve para destacar el sacrificio, la concentración y el respeto y que ella se encarga de enseñarles que los puños sólo se usan en el ring y no en la calle. Ella está convencida de que el deporte puede salvar vidas”, añade Garnica.
Pero esos chicos no son los únicos en recibir sus enseñanzas y contención. También llegan mujeres víctimas de violencia de género que buscan aprender a defenderse, “a las que Viviana incluso a veces aloja, las protege, les enseña y hasta las acompaña a denunciar”.
En esa línea, la diputada destaca que “como si eso fuera poco, Viviana no es indiferente a las necesidades de quienes la rodean y por eso ha organizado un merendero y comedor solidario, donde cada día concurren unos 50 chicos y algún que otro adulto mayor, para los que cocina con inmenso amor. Es un merendero y comedor de puertas abiertas, lo que me permite afirmar que la solidaridad es parte de la esencia de Viviana”.
“De ella debería decir que ya no pelea. Pero no. En realidad, ya no boxea. Porque ciertamente ha demostrado su capacidad para seguir peleando por ella y por los otros. Su ring ahora es otro: es la vida misma. Su apodo también se modificó. Los que no la vieron boxear, ahora le dicen “tía Doguita”, finalizó.
De acuerdo a lo indicado en el proyecto legislativo, su escuela de boxeo se encuentra afiliada a la Federación Sureste del Boxeo Mendocino, siendo “la única entrenadora en todo Cuyo, habiéndose preparado como jueza árbitro e instructora de boxeo”.