La jueza María Eugenia Capuchetti sospecha que el atacante de Cristina Kirchner no actuó solo y decretó el secreto de sumario después se analizar las imágenes de las distintas cámaras que registraron lo sucedido el jueves por la noche, cuando Fernando Andrés Sabag Montiel gatilló un arma a centímetros de la cabeza de la vicepresidenta.
Fuentes judiciales dijeron a DIARIO LA NACION que ya reconstruyeron el camino del agresor; cómo llegó y si lo hizo acompañado, pero advirtieron que es información que buscan preservar con la declaración del secreto. Además del análisis de las cámaras -públicas y privadas-, revisaron las llamadas entrantes y salientes de Sabag Montiel. “No descartamos ninguna hipótesis”, dijeron en los tribunales de Comodoro Py, aunque sugirieron que por el momento no creen que haya una gran organización detrás del atacante.
Fue un domingo atípico en los tribunales federales de Comodoro Py. La jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo tomaron declaraciones durante todo el día para avanzar con la investigación del atentado y averiguar cómo fue el teléfono de Sabag Montiel se reseteó “al estado de fábrica” y hoy no tiene información disponible.
Entre los testigos a los que escucharon estuvieron Mario Pablo Borgarelli, el amigo del agresor que había dicho que creía que su plan era matar a la vicepresidenta, y los peritos que manipularon el teléfono de Sabag Montiel: dos especialistas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y los de la Policía Federal Argentina (PFA) que intentaron desbloquear el aparato. Con las explicaciones que escucharon, en el juzgado consideraron que no era necesario abrir investigaciones contra ninguno de los que operaron el Samsung A50 desde que está a disposición de la Justicia.
En cuanto a Borgarelli, dijo que era “conocido” de Sabag Montiel y que lo creía capaz de cometer el hecho, informaron fuentes judiciales. La jueza lo citó después de que él sostuviera, en una entrevista con el Telefé: “Yo creo que su intención original era matarla, sí, pero lamentablemente no ensayó antes”.
Con respecto al teléfono, los investigadores buscan saber por qué podría haberse perdido la información del Samsung, que mientras estaba en poder de los investigadores mostró la leyenda “formateado de fábrica”, lo que significaría que estaría limpio, como nuevo.
Según fuentes judiciales, el celular fue secuestrado apenas Sabag Montiel fue detenido en la noche del jueves y entregado en un sobre cerrado, por la Policía Federal, al juzgado de Capuchetti. Los primeros expertos que intervinieron sobre el teléfono, durante las primeras horas del viernes, fueron de la PFA.
El sobre con el aparato fue abierto frente al personal del juzgado y las partes en Comodoro Py y, en ese mismo lugar, los técnicos de la Policía lo conectaron a una computadora portátil para desbloquearlo con un software de origen israelí llamado UFED, relataron fuentes judiciales. De acuerdo con lo que informaron, después de una serie de intentos de desbloquear la clave y extraer su contenido, concluyeron que el proceso no tuvo éxito (”El peritaje tuvo resultado negativo”, en términos judiciales) y se resolvió guardar el aparato en una caja fuerte del juzgado. Todo este proceso está documento en la causa, dijeron en los tribunales.
A lo que sí se accedió y se está peritando es a la información de la tarjeta SIM y de la tarjeta de memoria del teléfono, sostuvieron.
En la noche del viernes, cuando Capuchetti y Rívolo fueron a tomarle declaración indagatoria al imputado a la sede de la Policía Federal de la calle Cavia, en Capital Federal, le preguntaron si estaba dispuesto a desbloquear su celular. El imputado respondió que por el momento no y se negó a declarar.
Luego, el teléfono pasó del juzgado a manos de la PSA. La jueza Capuchetti envió un oficio a esa fuerza para pedirle que colaborara con la investigación e intentara desbloquear el celular con una versión premium del mismo software UFED. Y durante la noche del mismo viernes, la jueza hizo llegar, en un auto con su custodio personal, el celular en un sobre a la sede de la PSA en Ezeiza.
Allí lo recibieron técnicos de esa fuerza y, cuando consiguieron desbloquearlo, se encontraron con que el teléfono estaba formateado. No se sabe todavía cómo ocurrió eso. Los investigadores creen que hay dos opciones: que lo haya borrado todo un usuario a través de una cuenta de Google asociada al teléfono (alguien que tuviera la clave necesaria para hacerlo) o que el aparato estuviera configurado con una opción que ante determinadas circunstancias (como por ejemplo, intentos de acceder al dispositivo) se bloqueara.
Según fuentes de la PSA, el teléfono les había llegado en un sobre papel madera que estaba abierto y no estaba “en modo avión”. En el juzgado de Capuchetti sostienen que nunca se cortó la cadena de custodia del aparato. “Confiamos en que el contenido se recuperará”, dijeron fuentes judiciales.
Fuentes de la cartera de Seguridad dijeron a LA NACION que a sus expertos les preguntaron por el procedimiento que se llevó a cabo sobre el teléfono y que informaron que lo habían recibido en sobre abierto “sin planilla de cadena de custodia”, prendido y con fallas de inicio. Que les preguntaron sobre la posibilidad de un borrado remoto y si era factible determinar cuándo se había eliminado la información, algo que sería “poco probable”, según los expertos de la PSA.
Las autoridades judiciales se preguntan si alguien que supiera la clave del aparato pudo haber bloqueado de manera remota el acceso al Samsung. La pareja de Sabag Montiel, que habló en una entrevista televisiva hace dos días, podría ser citada para responder estas preguntas, dijeron en Comodoro Py a LA NACION.
Respecto de la noche en que ocurrió el atentado contra la vicepresidenta, el juzgado hace un trabajo secuencial y analiza las cámaras de seguridad de la ciudad de Buenos Aires y material de cámaras privadas de la zona que rodea el edificio de Cristina Kirchner, en las calles Juncal y Uruguay, para saber cómo llegó el imputado al lugar de los hechos y si lo hizo solo o acompañado.
FUENTE: LA NACION