El 20 de septiembre de 1997 en el estadio de River Plate fue el último concierto de Soda Stereo, la banda que supo convertirse en una de las más reconocidas de América Latina luego de ser una de las fundamentales en el desarrollo del rock argentino. “Gracias totales”, fueron las palabras de despedida de Gustavo Cerati que pasaron a la historia.
"No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo. Algunos siguen hasta hoy… ¡Gracias totales!". Esas fueron las últimas palabras de Gustavo Cerati durante los últimos acordes de “De música ligera”, el tema con el que Soda Stereo, la banda de rock argentina que supo convertirse en una de las más reconocidas de América Latina luego de ser uno de los primeros sonidos de la incipiente democracia a partir de 1983, se despidió de los escenarios luego de una extensa gira por México, Venezuela y Chile. El mega recital fue en el estadio de River Plate casi en el comienzo de la primavera de 1997, hace exactamente 25 años.
Volverían a reunirse recién 10 años después en la gira “Me verás volver”.
Nada personal
Todo había comenzado, o más bien terminado, meses antes. Tras fuertes rumores, en mayo de 1997, cuando Soda Stereo confirmó su separación tras 15 años de carrera. Luego, el cantante Gustavo Cerati publicó en el suplemento Sí del diario Clarín lo que se conocería como “La carta del adiós”: “Cualquiera sabe que es virtualmente imposible llevar adelante un grupo sin cierto nivel de conflicto. Es un frágil equilibrio en la pugna de ideas que muy pocos consiguen conservar por espacio de quince años y hacer de ello una cadena de hechos artísticos relevantes para la gente, como nosotros orgullosamente hicimos. Pero, últimamente, diferentes desentendimientos personales y musicales fueron creando un nudo de tensión emocional que empezó a comprometer ese equilibrio. Ahí mismo se generan excusas para no tocar, excusas para no enfrentarnos, excusas para no crear, excusas finalmente para un futuro grupal en que ya no creemos como hacíamos en el pasado. Cortar por lo sano es, valga la redundancia, hacer valer nuestra salud mental por sobre todo y, también, una muestra de respeto hacia el público que nos sigue y nos siguió todo este tiempo”. Esas fueron algunas de las frases de esta carta de despedida que proyectó la realización de una gira solamente por algunos países del continente.
Soda fue aquella banda que en 1984 lanzó su primer disco homónimo bajo las influencias de The Police y The Cure, dos bandas icónicas de la década. El boom del rock argentino ocurrió a raíz de la Guerra de Malvinas de 1982, momento a partir del cual la Junta Militar de la dictadura había impuesto la prohibición a las radios de pasar música en inglés. Con el paso de la democracia un año después, grupos como Sumo, Los Encargados y Los Twist comenzaban a formar parte del circuito underground, al que se unió Soda Stereo tocando algunos de los temas que luego serían parte de su debut.
Para 1990 Soda Stereo había conseguido un éxito masivo que se consolidó con la salida de su disco “Canción Animal” y fue a partir de entonces que empezaron a experimentar con otros sonidos en Dynamo (1992). Para entonces, la banda integrada por Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio empezaba a fragmentarse de a poco por los proyectos personales, haciendo una pausa de las obligaciones del grupo. En 1995 saldría su último álbum de estudio, “Sueño Stereo” y al año siguiente, la coda que sería el MTV Unplugged llamado “Comfort y música para volar” antes de tomar la decisión final: “nos juntamos en nuestra sala y nos dedicamos a preparar un gran concierto. Queríamos que la gente se llevara el recuerdo de haber estado en un show inolvidable y desde el punto de vista musical la banda estaba increíblemente intacta”, escribió años más tarde Zeta Bosio en el libro “Yo conozco ese lugar”.
Gran final
“Llegó la hora, el minuto, el segundo, el instante. Supongo que tienen sed ¡Soda Stereo, Buenos Aires, Argentina!”. Con estas palabras, Gustavo Cerati se dirigió al público y así dio inicio a “En la ciudad de la furia” ante más de 60 mil personas que se habían juntado en el barrio de Núñez para ver a su banda preferida. “Santos Inocentes”, “Tumbas” y “Avant Press” fueron los teloneros de Soda Stereo, que a lo largo de tres horas hicieron vibrar el estadio de River con la participación de todos los músicos que fueron sesionistas de la banda: desde Zorrito Von Quintiero hasta Andrea Álvarez y Richard Coleman.
La lista completa de los temas fueron “En la ciudad de la furia”, “El rito”, “Hombre al agua”, “(En) el séptimo día”, “Canción animal”, “Juego de seducción”, “Corazón delator”, “Sueles dejarme solo”, “Paseando por Roma”, “Lo que sangra (La cúpula)”, “Signos”, “Zoom”, “Ella usó mi cabeza como un revólver”, “Disco eterno”, “Planeador”, “Luna roja”, “Té para tres”, “No necesito verte (para saberlo)”, “Sobredosis de TV”, “Trátame suavemente”, “Cuando pase el temblor”, “Persiana americana”, “Un millón de años luz”, “En remolinos”, “Primavera 0”, “Cae el sol” y la que es considerada la mejor canción de la banda, “De música ligera”.
El recital de Soda Stereo tuvo entre otras cosas la particularidad de ser el primero en ser transmitido por internet en América Latina a través de la página web de la banda. En un comunicado, anticiparon que “los que no puedan ir a River el sábado a ver el recital de despedida lo podrán seguir desde su casa a través de la computadora”. Pero por supuesto, el modem de 28.8 Kbps colapsó ante más de 15 mil usuarios que se conectaron para ver la transmisión y muchos tuvieron que conformarse por la tradicional y usual vía de la radio.
El tiempo es dinero
Pero el público se renueva y Soda Stereo lo supo: diez años más tarde volvieron a pisar el estadio de River en el marco de la gira “Me verás volver” en la que recorrieron América entre octubre y diciembre de 2007 convocando en total a más de un millón de personas. En una entrevista, Charly Alberti recordó después que “la gira originalmente estaba pensada para que fuesen solamente 12 shows. Eso tenía que ver con que no sabíamos cómo nos llevaríamos entre nosotros. Una vez que empezamos los ensayos y vimos el excelente clima que había entre los tres, hablamos con nuestro mánager y le dijimos que podíamos agregar más shows". Por su parte, Zeta declaró que “Yo siempre había extrañado a Soda. Volver a compartir un escenario con Gustavo y Charly, y que ellos quisieran también tocar conmigo, era algo que había deseado muchísimo y que podría haber hecho incluso gratis. Si la relación entre nosotros no funcionaba, no había suma de dinero que me importara".
Pasan los años, las décadas, nada nos libra, nada más queda. Pero la música de Soda Stereo seguirá intacta, sonando para la posteridad.