En un fallo crucial para la política argentina, la Cámara Federal de Casación Penal ratificó este miércoles la condena contra Cristina Fernández de Kirchner por fraude en la obra pública de Santa Cruz, con una pena de seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Sin embargo, la sentencia aún no es firme, permitiendo que la exmandataria, que cumplirá 72 años el próximo febrero, conserve sus derechos políticos y pueda, si lo decide, presentarse como candidata en las próximas elecciones legislativas.
El fallo que hoy sostiene la condena puede ser apelado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la instancia final que decidirá si la sentencia se ejecuta. Según el artículo 375 del Código Procesal Penal Federal, una condena solo puede cumplirse cuando no queda ninguna instancia judicial a la cual recurrir. La Corte Suprema, que no tiene plazos para resolver los casos, es ahora la clave para definir el futuro judicial de Kirchner.
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Un largo camino legal
La sentencia, emitida por el Tribunal Oral Federal 2 y confirmada ahora por la Cámara de Casación, aún podría no quedar firme si la Corte Suprema acepta revisar el recurso extraordinario que presentará la defensa de Kirchner en los próximos días. Esta posibilidad le otorga margen político para evitar la ejecución de la pena. Al mismo tiempo, la ley argentina establece que, debido a su edad, Kirchner podría solicitar prisión domiciliaria si la sentencia se hace efectiva.
La ex presidente ha mantenido una postura crítica hacia el sistema judicial, afirmando que la condena representa un intento de "proscripción" para impedir su participación política. "No tengo antecedentes y el fiscal no pidió la pena máxima. Sin embargo, van a condenarme a seis años de prisión y a inhabilitarme de por vida", comentó recientemente Kirchner, acusando al sistema judicial de buscar su proscripción en un tono que evoca la histórica persecución del peronismo en otras épocas.
Estrategia y confrontación política
Mientras la oposición observa de cerca la posibilidad de que Kirchner compita nuevamente, el oficialismo se beneficia de una Cristina que aún juega un rol central en el tablero político, a pesar de su debilitada posición en comparación con años anteriores. El impacto de su figura podría intensificar la polarización, posicionando a Milei en un enfrentamiento directo con ella y capturando el apoyo de quienes ven su regreso como un retroceso.
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La Corte Suprema, una variable clave
Sin plazos para resolver, la Corte Suprema tiene en sus manos una decisión que definirá no solo el futuro judicial de Cristina Kirchner, sino también el político. Si ratifica la condena en el tiempo que queda hasta las próximas elecciones, la sentencia quedará firme y ejecutable, llevando el caso de vuelta al Tribunal Oral Federal 2 para poner en marcha las penas.
Por el momento, la situación mantiene en vilo al país y anticipa un 2025 de posibles cambios en la arena política, donde el nombre de Cristina Kirchner continúa resonando con fuerza y polarizando opiniones. En la estrategia de Kirchner, el desafío legal se convierte en una herramienta para fortalecer su liderazgo en un escenario cada vez más incierto.