La fiscalía pidió que el exgobernador de Tucumán sea condenado a 16 años de cárcel y la querella solicitó 22 años de prisión.
Pasadas las 20, el juez Ramos Padilla leyó la sentencia contra José Alperovich por abuso sexual contra su sobrina: el ex gobernador de Tucumán fue condenado a 16 años de prisión por abuso sexual contra su sobrina y quedará detenido inmediatamente. Además, el magistrado lo inhabilitó de por vida a ejercer cargos públicos nacionales y provinciales.
La víctima, 35 años menor que el denunciado, además de ser su sobrina, trabajaba para él en la campaña política electoral que intentaba reubicarlo por cuarta vez en la gobernación de Tucumán en las elecciones de 2019.
Según la investigación, los delitos ocurrieron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en las ciudades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, y en un departamento de Alperovich en el barrio porteño de Puerto Madero, momento en el que ocupaba una banca en el Senado.
Entre los testigos que fueron convocados por la Justicia asistieron distintos familiares de la denunciante, como sus padres y su abuela. También amigas y ex compañeros de trabajo. Todos se dieron cuenta de su notorio deterioro físico, psíquico y emocional durante la época en que F.L. trabajó para el entonces senador nacional.
Según los denunciantes, los “accesos”, “tocamientos” y “situaciones indecorosas” ocurrieron en uno los departamentos del acusado en Puerto Madero; en su auto personal mientras viajaban a realizar visitas al interior de Tucumán en el marco de una campaña proselitista para competir contra Juan Manzur por la gobernación de 2019; en el búnker de Alperovich de la calle Martín Fierro de la capital provincial y en dos quintas de la localidad de Yerba Buena.
A lo largo de las audiencias, Carolina Cymerman y Pablo Rovatti, integrantes de la querella, denunciaron: “José Jorge Alperovich es el autor de todos los hechos (...), que ocurrieron en diferentes domicilios ubicados tanto en esta ciudad como en San Miguel de Tucumán y en el vehículo de Alperovich. Para cometerlos, el imputado se valió de su enorme poder que detentaba a nivel laboral, familiar y político en toda la provincia. Él había sido elegido tres veces gobernador y era, para la época de los hechos, senador nacional y asesor ad honorem para la provincia”.