El hecho ocurrió en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Según relató la prima de la víctima, el chico había querido denunciar a la mujer, pero en la comisaría no le quisieron tomar la denuncia
Una mujer de 24 años asesinó a su pareja de una cuchillada en el corazón, luego de que los dos mantuvieran una fuerte discusión en la puerta de un kiosko de la localidad de William Morris, en el partido de Hurlingham de la Provincia de Buenos Aires.
Se trata de Alejo Oroño, quien fue apuñalado por su expareja Nadia Navarro de 24 años, que lo persiguió al salir de una pizzería, hasta apuñalarlo en la puerta de un supermercado chino, donde fue captada por las cámaras de seguridad.
Gisela, la prima de Alejo, contó que cuando el joven fue trasladado al hospital (en donde murió luego de 20 minutos de agonía) los familiares se enteraron de que Nadia y Alejo habían ido juntos a la casa de una amiga de la agresora.
Según relataron los familiares, Navarro había ido a la casa de Alejo para entregarle el bebé de 18 meses que tienen en común. Más tarde, fueron a la casa de una amiga de ella y Navarro se quedó a comer pizzas con sus amigos, mientras que Oroño fue a un kiosko.
Luego, las cámaras de seguridad de un supermercado chino captaron el momento en que Nadia discute con Alejo, ella lo empuja, lo increpa a los gritos y le clava un cuchillo en el pecho. En ese instante, el joven camina herido hacia la esquina, mientras su agresora lo persigue por unos segundos, hasta que decide abandonarlo y correr hacia la otra esquina.
El tío de Alejo, quien trabaja en una remisería en la misma cuadra donde asesinaron a su sobrino, escuchó los últimos momentos de la discusión y, al salir a la calle, vio a uno al chico tirado en la calle, heridio por la puñalada. Por lo tanto, su tío rápidamente lo subió al auto y lo llevó al Hospital San Bernardino, de Hurlingham.
“Estaban juntos. Estaban en pareja, pero vivían separados. Los dos tenían problemas con las adicciones. Alejo muchas veces volvía golpeado y lastimado. No hacía denuncias porque decía que tenía vergüenza de contar lo que le pasaba en una comisaría. Una vez se animó a entrar, pero no se la quisieron tomar”, aseguró Gisela.
A la madrugada, Gisela recibió mensajes del chat de Facebook por parte de Nadia, en los que le preguntó si por el teléfono de su papá, el tío remisero de Alejo, que lo había socorrido, pero ello no se lo dio, sin saber nada de lo que había pasado.
Cuando la prima de alejo entró al hospital, la policía le ordenó que le responda los mensajes a Nadia. Sin embargo, quien contestó fue la amiga. Ninguna de las dos sabían que Alejo finalmente había muerto.
Gisela le pidió hablar con ella para que cuente lo que pasó. “Te pido que vengas sola. Nadie está volviendo a su casa”, le dijo Gisela a la agresora en el mensaje.
Cuando ella se apersonó a la casa de la prima de Alejo, la policía de la comisaría 2da. de Villa Tesei la detuvieron en la vereda y la trasladaron a la comisaría, donde se largaría a llorar, confesaría el crimen y pediría perdón.
“Lo que pedimos es que Nadia no salga, y que pague por lo que hizo. Mi primo había sido denunciado por su suegra, la madre de Nadia. Fue una vez que no lo dejaron ver a su bebé y rompió una ventana. Queremos igualdad de género”, sostuvo Gisela.
“Nos están dando vueltas con el cuerpo, con la autopsia. Tenemos miedo de que Nadia sea liberada. Hay un montón de testigos que pueden declarar cómo ella le pegaba delante de cualquiera”, explicó Gisela, en tanto al pedido a la morgue para que le entreguen el cuerpo de su primo, para poder velarlo.
La investigación de los hechos está a cargo del fiscal Bernardo Kiper, de la UFI 1 de Morón. Mientras tanto, Navarro fue indagada por el delito de “homicidio simple”, pero la familia Oroño pide que la acusen “homicidio preterintencional”.