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Psiquiatra de Maradona: “Tengo cagazo de que me quieran empomar por los remedios”

01/02/2021 14:18
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Los nuevos mensajes descubiertos por el peritaje telefónico revelan el temor de Agustina Cosachov a ser investigada por el régimen de psicofármacos que le administraba al ídolo, en recuperación por su alcoholismo. La paradoja de usar a las hijas de Diego como escudo legal e insultarlas por WhatsApp

Apenas habían pasado 24 horas de la muerte de Diego Armando Maradona. Con el mundo aún en estado de shock por el final de uno de los máximos ídolos populares de la historia, la causa iniciada por la Fiscalía General de San Isidro empezaba a reunir las primeras pruebas y testimonios. En paralelo, la preocupación de la psiquiatra Agustina Cosachov y el neurocirujano Leopoldo Luque, los dos médicos más cercanos al Diez, por las posibles responsabilidades judiciales empezaba a aumentar. En menos de una semana, ambos serían allanados en sus casas y consultorios con sus teléfonos y papeles secuestrados y analizados en la causa. La sospecha de los fiscales:mala praxis, un posible homicidio culposo por negligencia u omisión en la atención médica.

Hoy, esos teléfonos y aparatos fueron abiertos, sus contenidos analizados en turnos rotativos por tres empleados de la fiscalía que buscan pruebas para confirmar o descartar la hipótesis.

Hasta ahora, lo que surge es revelador. Se conocieron, por ejemplo, los audios previos a la muerte de Diego, con Luque en camino al country San Andrés. “Avisame si están enojados con nosotros”, dijo, mezquinamente. “El gordo se va a cagar muriendo”, le anunció a otro interlocutor.

Ahora, se conoce una nueva parte de la historia: qué hablaron después.

En los cruces de mensajes y audios, a los que accedió Infobae y que forman parte del peritaje oficial a los teléfonos secuestrados que fue entregado a las partes constituidas en el expediente, Luque y Cosachov se intentan calmar el uno al otro y convencerse de que el aval y las firmas de la familia para la salida de la Clínica Olivos son su respaldo y garantía ante lo que la Justicia luego consideraría en sus cálculos una internación domiciliaria deficiente. Los fiscales que llevan la causa no están de acuerdo porque la responsabilidad es netamente médica.

La conversación entre los médicos, a primera hora de ese jueves 26, comienza cuando Cosachov le reenvía a Luque un mensaje con el resultado de la autopsia a Maradona que revelaba un “edema agudo de pulmón secundario a insuficiencia cardíaca crónica reagudizada. Corazón con miocardiopatía dilatada”. El médico le responde que ya estaba al tanto de la chance, sin un cardiólogo en su staff: “Sí, sí, iba a ser algo cardíaco”. También comentan que la muerte se habría producido a las 12 de la noche del día anterior, cosa que finalmente se comprobó que no fue así.

Cosachov, claramente la más preocupada y atemorizada por la situación, le responde con un mensaje que no pasó desapercibido para los fiscales que investigan la causa y que fue incorporado a un informe que están confeccionando los investigadores al momento de definir el total de imputaciones: “Yo tengo cagazo de que me quieran empomar por los remedios”.

“No te persigas con eso, Agus”, le replicó Luque: “Era un enfermo delicado”.

“Estoy medio persecuta”, le insistió.

¿Qué quiso decir? ¿Por qué tenía miedo de que cuestionaran los medicamentos que le estaba suministrando a Maradona? Esto se entrelaza con otras pruebas de distinta índole que se acumulan en el expediente y que tienen que ver con los remedios psiquiátricos que recibía Maradona, que serán evaluados, en definitiva, por la junta médica que será convocada los próximos días.

Según las pericias toxicológicas, Diego no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo aunque los estudios dieron positivo en medicamentos hallados en su sangre y orina como la venlafaxina, un conocido antidepresivo, quetiapina, un antipsicótico empleado por ejemplo en el tratamiento de desórdenes bipolares, levetiracetam, empleado en convulsiones, y naltrexona, utilizado en tratamientos por abstinencia de sustancias. Diego, puntualmente, era tratado por su dependencia del alcohol. También se encontró metoclopramida, empleado para aliviar náuseas y vómitos, así como ranitidina.

La venlafaxina, según entienden los fiscales, es un punto de conflicto: la información que recibieron los investigadores de la causa indica que podría estar contraindicada para las cardiopatías que Diego sufría desde su histórica crisis hace 20 años en Punta del Este.

Luego, la conversación toca un punto central del desarrollo del expediente, que forma parte de los argumentos de los abogados de los sospechosos y que si la causa llega a juicio será punto de controversia. Tiene que ver con la firma de las hijas de Diego en la externación de la Clínica Olivos y el supuesto conocimiento que tenían Dalma, Gianinna y Jana –a quien Luque trató de “pelotuda de mierda” por pedir que su padre vaya a un hospital en vez de a un country– de cómo era el tratamiento.

El primero en introducir el tema es el neurocirujano en un audio: “Acá hay algo fundamental, que es que todo, todo se habló con la familia. Incluso en las reuniones de Zoom estuvo la familia. Cuando se hablaba de la disponibilidad médica, que era lo que necesitábamos. Todo se habló con la familia. Eso también nos tiene que dejar tranquilos porque no se tomaban decisiones sin que ellos intervengan. Todas las sugerencias de la familia se aceptaron. El día que llegó el clínico, Diego no quiso y estaban Gianinna y Jana e intentaron y tampoco lo pudieron hacer entrar. La familia intervino mucho, nosotros apoyamos en esto nada más”.

Cosachov va en la misma línea y se convence junto a su compañero: “Lo de la familia es fundamental. Gracias a Dios está lo de la internación. Tenemos la firma de la familia y tenemos el aval 100%. Bueno, nada. Habrá que esperar a que empiecen a romper las pelotas con otra cosa los periodistas. Es su laburo, pero me da bronca que digan tantas pelotudeces. Me rompe los huevos que en los medios digan estas pelotudeces”.

Se cree que los abogados de los médicos intentarán usar la estrategia de que la familia estaba en conocimiento de lo que se hacía y que ellos aprobaron con su firma. Los fiscales se plantan de la vereda opuesta asegurando que por más firma de las hijas los que tienen los conocimientos son ellos y el resto los sigue.

Hasta ahora, Luque y Cosachov no fueron citados a indagatoria, un movimiento que se cree sumamente posible.


Fuente Infobae

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