La Organización Mundial de la Salud, en la figura de su director general, Tedros Adhanom, determinó la Emergencia de Salud Pública a nivel internacional, por “el recrudecimiento” de la denominada Viruela Símica o “Monkey Pox”, también conocida en el mundo como “Viruela del Mono” o “mpox”.
El hecho -con el antecedente de la pandemia de coronavirus de hace cuatro años- generó alerta inmediata en el planeta y sin dudas, disparó todo tipo de consultas.
Pero los propios especialistas están tratando de morigerar esa alerta y si bien consideran que el problema existe, entienden que por el momento lo conveniente es vigilar su evolución y trabajar en la prevención, sobre todo porque la situación está focalizada en algunos países africanos, principalmente la República del Congo, donde es endémica hace décadas.
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“Yo creo que es un tema para ocuparse, pero no para preocuparse”, dijo esta semana en el programa Lado A de Radio Jornada, el prestigioso epidemiólogo Hugo Pizzi.
El experto, que supo ser muy consultado en los tiempos pandémicos, coincidió con la mayoría de sus colegas en que esta enfermedad infecciosa “que forma parte del virus de la viruela” puede ser tratada como tal y “esa es la razón de que se hayan vuelto a colocar vacunas”, después de que la viruela humana haya sido erradicada en todo el mundo.
“Por eso los mayores de 45 años están protegidos”, recordó Pizzi, teniendo en cuenta que las personas que superan esa edad fueron vacunadas cuando atravesaban la niñez.
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Y por esa razón el médico especialista señala que este virus “no se va a difuminar como ha sucedido con otras patologías”, aunque dejó en claro que “hay que ser respetuoso con el cuerpo” y cuidarse en el contacto con personas que puedan tener la enfermedad en su piel.
Argentina y Mendoza se ocupan
De acuerdo con datos difundidos por la OMS, este “recrudecimiento” del mpox en Congo implicó que en 2023 se notificaran 15.600 casos, con 537 muertes en aquel país y la región aledaña.
Hay información de que el virus ha llegado a otros países de Europa y América, pero sin tanta incidencia. De hecho, en Argentina se han denunciado más de 60 casos sospechosos y hasta el momento sólo 6 confirmados (en las últimas horas se conoció uno nuevo en la provincia de Corrientes).
Según Andrea Falaschi, directora de Epidemiología de Mendoza, destacó que en nuestro país “se viene haciendo una vigilancia epidemiológica” sobre esta enfermedad.
La funcionaria también aclaró que las dudas de los casos sospechosos (personas que han estado en contacto con un caso positivo entre 5 y 21 días previos a la aparición de síntomas), se resuelven mediante un análisis de PCR y que la provincia tiene todo lo necesario para esos análisis. “En la provincia tenemos PCR para hacer esa confirmación, que se hace en el laboratorio de Salud Pública” y recordó que hasta ahora sólo ha habido “un caso notificado descartado y otro de un paciente que vivía en Mendoza pero que fue diagnosticado en Buenos Aires”.
Más sobre el virus
El mpox es un virus zoonótico que provoca síntomas similares a los de la gripe y una erupción cutánea con lesiones dolorosas (ampollas o vesículas).
La OMS declaró anteriormente al mpox emergencia sanitaria internacional en 2022, en medio de un brote que afectó principalmente a hombres homosexuales y bisexuales de todo el mundo, con casi 100.000 casos y 208 muertes en 116 países.
En aquella oportunidad, los casos disminuyeron notablemente luego de la distribución de vacunas contra la viruela que se realizó.
De todos modos, el virus ha persistido en las regiones africanas endémicas, llevando a la situación emergente actual.
Tal como se ha dicho, la forma de transmisión del virus es mediante el contacto directo con las vesículas o ampollas que la enfermedad produce.
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Su tasa de mortalidad, según la cepa o “clado”, puede variar entre el 1% y el 5%, pero según los expertos, la mayoría de las infecciones por mpox “desaparecen por sí solas sin necesidad de tratamiento específico”.
Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas y las recomendaciones científicas destacan que se deben ser tratados “para aliviar el dolor” y poner énfasis en la prevención de posibles complicaciones.