Días atrás, el Gobierno de Alfredo Cornejo anunció que tomará cartas en el asunto sobre temas de seguridad vial, en el segmento de alta montaña de la ruta 7. Lo hizo a partir de las innumerables quejas por las demoras, la gran cantidad de accidentes y a los amontonamientos de vehículos en los centros aduaneros.
En esa línea, el ministro de Producción, Rodolfo Vargas Arizu, ratificó en los micrófonos de Radio Jornada que, entre las distintas medidas del Ejecutivo provincial, la semana que viene -cuando aumente el flujo vehicular- comenzarán a funcionar los paradores previstos en las zonas de Polvaredas y Penitentes.
“Va a ser un verano duro, con mucho lío en las rutas y por eso le pedimos colaboración a la ciudadanía, que vaya tranquila, que se lleve el mate, que vaya a pasar un día en la montaña”, dijo en el programa Lado A.
Esta acción en realidad es parte de un involucramiento que en principio no le corresponde a Mendoza desde el punto de vista jurisdiccional, aunque sí desde lo geográfico y, sobre todo, por la participación de miles de mendocinos que sobre todo en esta época, decide vacacionar o ir de compras a Chile, aprovechando las ventajas que le otorga el cambio actual.
Por eso el anuncio del martes pasado, donde el gobernador avisó esta acción y la de los controles policiales. “No deberíamos ocuparnos, pero nos estamos ocupando del tema”, corroboró el titular de Producción. “Tenemos que darle seguridad a los mendocinos”, añadió.
La participación provincial no se queda solo en la cuestión de controles, sino también en las nuevas obras que pretende la Nación para esta parte del país. “Con Mercedes Rus (ministra de Seguridad), les pedimos intervenir en el proceso licitatorio previsto para febrero”, que implicará obras en la ruta 7 y en una nueva aduana, informó el funcionario, quien además justificó esa petición: “No queremos que nos traigan una aduana que no sirva para la montaña”.
Esas solicitudes al gobierno de Javier Milei también incluyen “pedidos de básculas” para camiones que no son controlados e incluso “más control” de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
Limitación a los tours de compras
Otro de los anuncios que hizo Cornejo fue el pedido a la Nación de que se ordenen los tours de compras, que suelen alcanzar entre 3 y 4 decenas de micros por día y que provocan verdaderos embotellamientos de transportes y de gente en Libertadores y en Horcones.
“Con la falta de estructuras que las frontera, esto es como querer meter 12 botellas en una caja de 6, no se puede”, resaltó. “Tenemos que reducir la cantidad o cambiar el lugar de atención a los tours de compras”, agregó.
También cuestionó la falta de control de la Comisión sobre esos tours. “La CNRT otorga un permiso general, pero los micros salen desde una plaza, de cualquier lado”, se quejó Vargas Arizu.