Los cuestionamientos que la ministra de Seguridad, Mercedes Rus le hizo a la Justicia y a la Dirección de Derechos Humanos de la Suprema Corte, por el hecho en el que murieron el ex policía Héctor Pelayes y el delincuente Roberto Pereyra, quien había quedado en libertad condicional tras cumplir una condena por asesinar en un robo, provocaron que se renueve esa grieta que en más de una ocasión se dio en la sociedad mendocina.
Hace 9 años, cuando Alfredo Cornejo transitaba su primer mandato, criticaba fuertemente a los jueces “garantistas” por la famosa “puerta giratoria” en la que los delincuentes entraban y salían fácilmente del sistema penal. En esa época, el hoy también gobernador, tuvo en su ministro de Seguridad, Gianni Venier, uno de sus colaboradores fundamentales para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
Pues bien, tras estos hechos, Venier fue entrevistado en el programa Lado A, de Radio Jornada, para que opinara sobre este difícil tema.
Desde su visión, esta discusión entre dos poderes del Estado, el Ejecutivo y el Judicial, es una nueva versión de aquella grieta sobre la seguridad. Y en esta ocasión, “tiene que servir para que hechos como éste no vuelvan a ocurrir”
Sin involucrarse en los entredichos de Rus y la Justicia, y sin cuestionar al juez Sebastián Sarmiento, que le otorgó la libertad condicional a Pereyra y a su entender -más allá de mantener diferencias con él- “siempre ha sido muy prolijo”, el ex funcionario hizo foco en quienes suelen tomar decisiones que terminan perjudicando a la sociedad.
“La gente que integra los organismos de justicia no se autopercibe como parte del sistema de seguridad”, indicó, al tiempo en que enfatizó en que “sí lo son”.
Por otro lado, encaró a los magistrados que en Latinoamérica y algunos lugares de Argentina, practican una justicia “zafaronista” (SIC), aludiendo al juez de la Corte Suprema que muchos han seguido y que son criticados por tener actitudes “garantistas” o tener una posición más blanda con quienes delinquen. “Muchos jueces no advierten los resultados posibles de las tomas de sus decisiones y lo que traerá aparejado en la sociedad”, resaltó.
El abogado penalista no quiso entrar en polémicas y dejó muy en claro que “al parecer” la libertad condicional que recibió Pereyra, quien venía de un proceso de salidas transitorias, fue otorgada en pleno derecho y no hubo fallas en el sistema.
En ese sentido destacó el rol del Consejo Correccional, cuerpo colegiado que integran varios referentes, tanto del sistema penitenciario como de la Justicia, que hace un seguimiento completo de la situación del reo y le permite al juez, en definitiva, tomar las decisiones.
Necesidad de mayor control
También destacó el trabajo del Organismo Técnico Criminológico (OTC), el cual no podría hacer cuestionamientos “con los datos disponibles”, pero fue aquí donde marcó cierta desidia, al hablar de quienes integran este tipo de cuerpos “no se autoperciben como parte del sistema de seguridad”.
Y allí habló de las necesidades de un mayor control en los regímenes que concluyen con liberación de un preso pronto a cumplir condenas.
“Para tener un controlador sobre un controlado, debe haber un tercer controlador”, dijo, a modo de juego de palabras, pero explicando que a veces el oficial que acompaña al reo pronto a ser liberado, “se hace amigo del controlado” o, como ocurre en otros países, a veces sucede al revés, “hay abuso” de quien controla.
Entonces consideró que “está bien” que se busquen nuevas leyes, como las propuestas en la Legislatura por el actual Ejecutivo provincial. Ya que si eso ocurre, “algo no está funcionando bien”, concluyó.