El presidente Alberto Fernández recibió esta mañana en la Residencia de Olivos al ministro de Economía, Martín Guzmán, para analizar los detalles del eventual pacto con el FMI para refinanciar la deuda. Esta tarde se sumó a las conversaciones el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello.
El encuentro se produjo después de las declaraciones del vocero del FMI, Gerry Rice, quien dijo ayer que el principio de acuerdo podría recibir el visto bueno del staff próximamente y que la intención es que salga “lo más rápido posible”.
Había hermetismo sobre los detalles de la conversación entre el Presidente y el encargado de las negociaciones con el FMI en el Gobierno, pero trascendió que buscan apurar la definición por parte del organismo internacional. Ese paso es necesario para avanzar con la revisión del acuerdo en el Congreso y obtener la carta de entendimiento -que contendrá el staff agreement- antes del vencimiento de 2800 millones de dólares, el 22 de marzo.
Una vez que esté consentido por el FMI, en los próximos 30 días el Frente de Todos buscará aprobar el acuerdo en el ámbito legislativo, donde no se le pueden introducir modificaciones, sino darle el visto bueno o rechazarlo. El siguiente y último paso será la revisión final del organismo conducido por la búlgara Kristalina Georgieva, para que el plan de refinanciación de la deuda de 44 mil millones de dólares que contrajo la administración de Mauricio Macri entre en vigencia definitivamente.
Las perspectivas son positivas en Diputados para el oficialismo luego de que Juntos por el Cambio, a través de un comunicado conjunto, adelantara ayer que acompañará el proyecto “para evitar el default” en el que entraría la Argentina en caso de no afrontar el pago de marzo. Para el Gobierno fue un alivio, ya que la fractura interna en el Frente de Todos por el portazo del jefe de bloque, Máximo Kirchner, y varios legisladores afines, amenazaba con complicar los números del sector del oficialismo que milita el acuerdo para conseguir el quórum y, luego, la media sanción.
Sin embargo, algún hay ciertos escollos: la oposición adelantó que el límite principal a un respaldo sería un eventual aumento de impuestos en el marco de las medidas para conformar las exigencias del organismo de crédito. En el kirchnerismo también condicionan su apoyo y esperan conocer la letra chica respecto del sendero fiscal y la emisión monetaria.
Hasta ahora, la jefa del espacio, Cristina Kirchner, permanece en silencio, lo cual es leído en Balcarce 50 como una forma de aprobación indirecta. De hecho, trascendió que ella misma no estuvo de acuerdo con la renuncia de su hijo de la titularidad del espacio en la Cámara baja.