Dos de los principales referentes de la Unión Cívica Radical, el gobernador jujeño Gerardo Morales y el senador Martín Lousteau, tuvieron que ser separados durante una reunión por otros dirigentes radicales porque estuvieron a punto de terminar a las piñas en el Comité Nacional.
Tras la ruptura del bloque radical en la Cámara baja y la conformación de un nuevo bloque de 12 diputados de la UCR que responde a Lousteau, el presidente del partido, Alfredo Cornejo, citó a varios dirigentes para tratar de poner paños fríos a la crisis que aqueja a los socios del PRO y la Coalición Cívica dentro de Juntos por el Cambio.
Los testigos de la noche de furia fueron, además de Cornejo, los gobernadores Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), así como el ex mandatario chaqueño Ángel Rozas, entre otros.
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El encuentro, que buscaba apaciguar los ánimos, terminó mal. Morales le recriminó a Lousteau fracturar el bloque y, además lo acusó de mandar a la barra de Chicago el viernes pasado al Comité Nacional para romper la elección de la Juventud Radical.
La discusión se puso tensa. Morales acusó al sector de Lousteau de estar favoreciendo políticamente a Horacio Rodríguez Larreta, y el senador le echó en cara haber pactado con el presidente Alberto Fernández y también sacó viejos trapitos al sol al asegurar que él fue el responsable de romperle el bloque a Raúl Alfonsín en el Senado varios años atrás.
El gobernador jujeño no lo toleró, tiró un manotazo y rompió un vaso contra la mesa. Los otros dirigentes tuvieron que separarlos y Lousteau decidió irse.