El director del Servicio Penitenciario de Mendoza, Eduardo Orellana, sugirió que el preso que atacó a la fiscal Claudia Ríos, en plena audiencia de un juicio oral en los Tribunales pudo haber llevado el arma blanca que utilizó en la agresión, entre sus partes íntimas y aseguró que "existió una falla humana" en la cadena de custodia del detenido, por lo que están intentando determinar dónde se produjo el error.
En tanto, fuentes judiciales aseguraron que el preso de máxima peligrosidad Hugo Eduardo Arredondo Suárez, quien atacó a la fiscal en el Polo Judicial de e hirió en el cuello a una estudiante de abogacía que se encontraba entre el público del juicio, será indagado recién este viernes por la fiscal Andrea Lazo, quien por el momento no imputó a ningún penitenciario por las irregularidades en los controles y traslados.
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El director penitenciario afirmó que en declaraciones a la prensa una de las sospechas es que el preso llevaba la faca "en una cavidad, dentro de su cuerpo" y que en cierto momento pidió ir al baño y pudo haber sido allí cuando la extrajo y la llevó a la sala de audiencias.
"La faca es un elemento irregular que termina en punta en forma de huevo alargada con un mango hecho artesanalmente en una tela que pudo haber entrado en una cavidad de esta persona. Ese pudo haber sido el motivo por el que no lo alertaron los sensores de metales. Tenemos prohibido revisar las cavidades de las personas, si hubiésemos tenido dudas, tendríamos que haber solicitado la presencia de un médico para que lo revise", dijo.
Orellana aseguró que, por sugerencia de los penitenciarios, los cuatro presos que estaban siendo juzgados se hallaban esposados por la peligrosidad que representaban, pero en cierto momento tres de ellos pidieron ir al baño, por lo que el juez les permitió que les sacaran las esposas.
"Uno de los custodios relató luego en el marco de la investigación que, dentro del baño, el preso se bajó los pantalones, por lo que una de las sospechas es que allí pudo haber extraído de su cuerpo el arma blanca", afirmó.
"La responsabilidad mayor recae sobre el Servicio Penitenciario que es el responsable de llevar las personas detenidas antes la autoridad que lo requieran. Ese traslado se realizó con personal especializado, con requisas en tres puntos, donde indudablemente en alguno de esos tres controles hubo una falla humana", expresó Orellano en declaraciones a Radio Mitre.
El jefe de la fuerza explicó que "a pesar de que hay protocolo, hay directivas, tecnología, capacitación del personal y entrenamiento, alguien de esa cadena de custodia cometió una falla".
Según lo que pudieron reconstruir los investigadores, Arredondo Suárez, al igual que los presos Jorge Darío Bracamonte Contreras, Lucas Gabriel Garro Ibáñez y un cuarto detenido que no fue identificado, fueron sometidos a un control por parte de cinco penitenciarios a la salida del penal de Almafuerte.
Luego, en el traslado participaron otros siete penitenciarios en dos móviles, en el Polo Judicial fueron requisados por otros dos penitenciarios y en la sala de audiencias estaban custodiados por otros cinco guardiacárceles.
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"Pasaron por tres requisas y dos detectores de metales, y el elemento corto punzante no fue detectado o no fue requisado en alguno de los puntos, lo que nos hace presumir que el elemento no estaba en la sala, sino que el detenido ya ingresó con él en su poder", agregó Orellano.
Ayer mismo, el gobierno provincial aseguró que siete penitenciarios habían sido pasados a disponibilidad mientras se investigan las irregularidades en el control y el traslado del detenido.
Mientras tanto, la fiscal Lazo, a cargo de la investigación del ataque a su colega Ríos, recibió una serie de peritajes y dispuso para mañana la indagatoria de Arredondo Suárez, aunque aún no se resolvió si será de manera presencial en la fiscalía o en la cárcel o si se realizará de manera virtual.