Los ocho penitenciarios que enfrentan cargos por "incumplimiento culposo de deberes de funcionarios", luego del ataque que sufrió la fiscal Claudia Ríos en el Polo Judicial de Mendoza, cuando un preso intentó apuñarla durante un juicio oral, han retomado sus funciones en el Servicio Penitenciario. Mientras tanto, recientemente se ha hecho público un vídeo que muestra el incidente en la sala de audiencias.
Según informó Marcelo Puertas, a cargo de la Inspección General de Justicia, los ocho guardias, que se negaron a prestar declaración durante la investigación, han sido reasignados a diferentes responsabilidades dentro del Servicio Penitenciario. Además señaló que "En qué momento este preso accedió al lugar con ese elemento corto punzante todavía no se sabe, pero sí que hubo fallas en las requisas".
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Puertas además comentó que los ocho guardias "deberían haber realizado tres requisas y, en principio, no está comprobado que se hayan realizado las tres, ya que no hay pruebas en las cámaras", explicó el encargado de la Inspección General de Justicia.
El preso tras el intento de asesinato a la fiscal Claudia Ríos confesó que lo hizo "porque no podía ver a su hija y quería llamar la atención". Actualmente se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario de Almafuerte, se negó a prestar declaración y quedó imputado por tentativa de homicidio y lesiones.
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CÓMO FUE EL ATAQUE A LA FISCAL CLAUDIA RÍOS
El incidente ocurrió la semana pasada, cuando un recluso de alta peligrosidad, Hugo Eduardo Arredondo Suárez (33), atacó a la fiscal Ríos e hirió en el cuello a una estudiante de derecho presente en la sala. Un video del incidente, grabado por una cámara del Poder Judicial, se ha convertido en una pieza clave de la investigación llevada a cabo por la fiscal Andrea Lazo.
Tras el ataque, la fiscal comentó que "Me quiso matar. Vino con un cuchillo y me lo colocó en el cuello" y aseguró que "En ese momento le arrojé el gas pimienta, que siempre llevo".
Arredondo Suárez es un recluso de máxima seguridad con una condena previa a cadena perpetua por el asesinato de Jorge Daniel Montilla en 2015 y una condena adicional de 14 años de prisión por otro homicidio ocurrido en la prisión de Almafuerte.
Además, en septiembre del año anterior, fue imputado en un caso de intento de homicidio de otro recluso de 31 años, quien fue víctima de golpizas, torturas, administración de sedantes y abuso sexual con un objeto.