La muerte de la modelo finalista de Miss Suiza en 2007 causó un fuerte impacto en ese país. Especialmente porque en el juicio que acaba de comenzar, el acusado es nada menos que su esposo. A sangre fría, atacó por sorpresa a Kristina Joksimovic. La mató, luego desmembró su cuerpo y finalmente quiso deshacerse de los restos de una manera macabra: trató de disolverlos con la ayuda de una licuadora.
El acusado dijo en su primera declaración, que no sabía nada de su mujer y que, de pronto, la encontró muerta. Extrañamente, sostuvo que -presa de un ataque de pánico- en lugar de pedir ayuda, desmembró el cuerpo de su mujer.
Finalmente, cuando la autopsia reveló todo lo que sucedió con la mujer y como fue descuartizada, se supo que hasta utilizó una licuadora para pretender eliminar los rastros de la mujer.
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Macabro final para la modelo suiza
Thomas, su esposo, de 41 años, finalmente fue arrestado en febrero, cuando todas las coartadas y explicaciones que intentó se demolieron con las pruebas, especialmente, el informe forense. Desde entonces aguardó en prisión el comienzo del juicio en su contra. El asesinato de la modelo Kristina Joksimovic, de 38 años, espanta además, por la manera en que su esposo intentó hacerla desaparecer para no ser incriminado.
Su caso tiene puntos de contacto con lo que sucedió en Tailandia con el chef Daniel Sancho, condenado a prisión perpetua. También mató, descuartizó y esparció los restos de un médico colombiano, la víctima. Thomas, hizo lo mismo, tras quitarle la vida, desmembró el cuerpo de Kristina.
Pero para intentar no dejar rastros de su crimen, se le ocurrió algo siniestro. Utilizó una licuadora para disolver los restos mutilados de su esposa. Otros, los colocó en recipientes con ácido.
La autopsia, determinante para saber qué pasó con Kristina
El informe reveló no sólo las heridas y los cortes por todas partes de su cuerpo. También establecieron como la mató. La estranguló y no hubo ningún signo de resistencia, por lo que se deduce que Thomas sorprendió a su mujer.
La Justicia lo acusa de un asesinato que se parece casi a un ritual por lo metódico de la secuencia total. Las armas para desmembrar a la finalista para Miss Suiza fueron muchas y todas certeras: una sierra eléctrica, tijeras de podar y un cuchillo.
La Policía halló que todas las armas estaban colocadas como para seguir una rutina para desprenderse de los restos de su mujer, dispuestas meticulosamente en el lavadero, como si el asesinato hubiese sido un acto de precisión quirúrgica. Junto a estas había una batidora de mano, el instrumento final en el macabro proceso de disolver el cuerpo de Kristina en un químico que buscaba borrar el rastro de su existencia.
Pero no lo logró, la Justicia lo descubrió y ahora lo está juzgando. Puede recibir una pena por asesinato agravado que lo sentencia a pasar los próximos 20 años de su vida en prision.