Este lunes, la Justicia argentina dictó condenas a Lázaro Báez y Leonardo Fariña por su participación en una operación de lavado de dinero agravado vinculada a la compra de terrenos en Punta del Este, Uruguay. El fallo es una nueva etapa en el extenso caso conocido como "la ruta del dinero K", que ha puesto bajo la lupa la corrupción en el país durante los últimos años.
Lázaro Báez, empresario ligado a múltiples casos de corrupción, recibió una sentencia de cuatro años y seis meses de prisión. Fue hallado culpable de orquestar la compra de un campo de 152 hectáreas y un terreno adicional en el exclusivo barrio de José Ignacio, utilizando maniobras financieras ilícitas para blanquear dinero de origen sospechoso.
Por su parte, Leonardo Fariña, que se desempeñó como intermediario en estas operaciones, fue condenado a dos años y seis meses de prisión. Sin embargo, su colaboración con la Justicia, que resultó crucial para esclarecer el caso, le permitió recibir una reducción en su condena.
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Diferencias en las sentencias y el rol de Fariña
Mientras que Báez fue condenado por su rol principal en la operación de lavado, la condena de Fariña reflejó su calidad de imputado colaborador. Fariña brindó información detallada que ayudó a desentrañar la compleja red de transacciones ilícitas, lo que fue valorado por la Justicia al determinar su pena. A pesar de la reducción en su condena, Fariña deberá cumplir con la sentencia impuesta, que se suma a otras penas por delitos previos.
El Caso de los terrenos en Punta del Este
El caso gira en torno a la adquisición del campo "El Entrevero", una propiedad de alto valor situada entre José Ignacio y La Barra, en Punta del Este. En 2011, Fariña inició los contactos para comprar este terreno, supuestamente para un emprendimiento inmobiliario de lujo. La compra se concretó a través de Traline S.A., una sociedad uruguaya vinculada a Báez. Esta operación, sin embargo, fue parte de un esquema más amplio de lavado de dinero, que incluía la transferencia del terreno a Jumey S.A., una sociedad presidida por Daniel Pérez Gadín, también condenado en esta causa.
Con este fallo, la Justicia envía un mensaje claro sobre las consecuencias de participar en esquemas de corrupción y lavado de dinero, independientemente del poder o la influencia de los involucrados. Lázaro Báez y Leonardo Fariña, con sus condenas, enfrentan ahora un futuro tras las rejas, mientras el país sigue buscando justicia en otros casos derivados de este escándalo.