Lucas González, el jugador de 17 años de las Inferiores de Barracas Central que ayer había sido baleado por la policía, tiene muerte cerebral. El futbolista recibió dos impactos de bala en la cabeza durante una persecución y su familia denuncia que se trata de un nuevo caso de gatillo fácil.
La abogada que representa a los otros tres adolescentes que lo acompañaban, Lorena Blanco, informó que hasta el momento no hay detenidos (Policías ni civiles) y que el expediente está caratulado como “averiguación de ilícito”. Sus defendidos serán llamados a declarar en las próximas horas.
El hecho se inició ayer a las 9.30 en la calle Luzuriaga, según informaron fuentes policiales. El alerta emitido por oficiales de la Comisaría Vecinal 4C tenía como objetivo a varios jóvenes a bordo de un vehículo: se habrían negado a ser identificados a la salida de la villa 21-24 y huyeron.
La versión oficial indica que la persecución se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, donde luego de un tiroteo se logró detener a tres de los sospechosos. Entre ellos estaba González, herido de bala en la cabeza, mientras que un cuarto ocupante logró escapar del lugar.
Los familiares de los chicos rechazaron que esto haya sido lo acontecido, desmintieron que los jóvenes estuvieran armados y aseguraron que fueron atacados sin motivos. Además, indicaron que acababan de salir de un entrenamiento y descartaron que hubieran cometido cualquier tipo de ilícito.
La Policía de la Ciudad informó que se inició un sumario para investigar el hecho y que los tres agentes que participaron fueron apartados de sus tareas en la calle. “Lucas salió de entrenar con amigos de Florencio Varela que fueron a probarse a Barracas Central”, contó su madre a radio Con Vos.