Mientras se define la privatización de la TV Pública propuesta por el gobierno en el proyecto de Ley ómnibus, los ajustes tuvieron sus efectos y ya se realizaron varios recortes de presupuesto en el canal, así como también en Radio Nacional. En este sentido, en la TV Pública se suspendieron los noticieros de la medianoche y de los fines de semanas, no se mandaron móviles a la Costa, y la mayoría de los programas tercerizados.
No seguirán al aire los programa que conducían Ernestina Pais (Mañanas Públicas), Coco Silly (Noches de Mente) y Luli Trujllo y Pablo Caruso (Desiguales), entre otros. De ese rubro, solo continúa Cocineros Argentinos, un clásico de esa pantalla. Javier Monte, el vicepresidente de Radio y Televisión Argentina (RTA) -actualmente a cargo de la presidencia-, también decidió terminar con el sistema de tercerización de los programas de la TV Pública, donde según Alfie "se multiplicaron los acuerdos millonarios con productoras privadas que realizaban los programas de televisión".
"Al no mandar los móviles a la Costa, nos ahorramos $10 millones por mes; el levantamiento del Noticiero del fin de semana nos permite bajar otros $36 millones; y con las horas extras y el plus nocturno que teníamos en el Noticiero de la medianoche superamos en total los $50 millones de ahorro para este mes, solo con esas medidas", dijo una fuente cercana a las autoridades del canal. La suspensión de los programas deja al canal con una programación muy limitada en comparación con años anteriores. Además, la cancelación de las coproducciones de programas también es un golpe importante, ya que eran una fuente de ingresos para la empresa estatal.
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En Radio Nacional el panorama es igualmente complicado. En las últimas semanas, trascendió la no renovación de los contratos de 500 empleados, lo que deja a la emisora en una situación vulnerable. De todas maneras, los empleados de y la TV Pública expresaron su rechazo a las medidas de ajuste. En la radio, los empleados realizaron una asamblea general y resolvieron un "plan de lucha" para oponerse a la no renovación de los contratos, mientras que en la TV Pública, una periodista a la que no le renovaron el contrato ya mandó un telegrama considerándose despedida.