El candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva sugirió este viernes que la senadora Simone Tebet, que quedó tercera en la primera vuelta electoral con el 4 por ciento de los votos, podrá integrar un eventual gobierno de coalición en caso de vencer al presidente Jair Bolsonaro en el balotaje del 30 del octubre, para el cual ella ofreció un "apoyo total" al líder del Partido de los Trabajadores.
El acto de apoyo de Tebet este viernes en un hotel de San Pablo fue el punto más fuerte de la primera semana de la carrera hacia el balotaje, ya que la senadora ha despuntado como una de las figuras emergentes de la elección y el apoyo de sus votantes puede ser clave para la victoria de Lula, siempre y cuando se respete la aritmética electoral de la primera vuelta.
"Espero que Simone esté con nosotros para defender y ejecutar lo que propone", afirmó Lula, quien se deshizo en elogios hacia la senadora por Mato Grosso do Sul, del partido de José Sarney y Michel Temer, por haber apostado por la defensa de la igualdad femenina en la política y por la distribución del ingreso durante su campaña.
Tebet, cuya familia pertenece al agronegocio, dijo que tendrá como "misión" interceder ante esos poderes ruralistas que actualmente están alineados en su gran mayoría con el presidente Bolsonaro, quien ha vencido en los estados donde la actividad agropecuaria avanzó sobre los biomas, sobre todo en la región amazónica.
También recomendó que exista un "ancla fiscal" en el presupuesto, pese a que Lula defiende ponerle fin al techo del gasto público.
"Nosotros tuvimos superávit primario durante mi gobierno y eso irritó al PT. Lo que no podemos hacer es tener un techo fiscal que limite la inversión en salud y educación", sostuvo el exmandatario.
Lula apuntó que el apoyo de Tebet forma parte de "la unión para reconstruir juntos Brasil".
Ambos coincidieron en criticar el "presupuesto secreto" que maneja el Centrao, el bloque oficialista en el Congreso, que obtuvo la venia de Bolsonaro para administrar recursos del Ejecutivo en partidas individuales para que los diputados realicen obras en sus estados.
La senadora, que se enfrentó a Bolsonaro acusándolo de genocidio en la comisión parlamentaria de investigación de la pandemia, afirmó: "Dejo asentado mi compromiso de total apoyo a tu campaña, vamos a caminar por las calles en esta segunda vuelta para mostrar que la mejor opción es la de Lula y Geraldo Alckmin vice".
Este fue el apoyo más buscado por los candidatos. Lula también obtuvo el respaldo del cuarto colocado, Ciro Gomes, que obtuvo el 3 % el 2 de octubre, y de su fuerza, el Partido Democrático Laborista.
Al líder del PT también lo respaldaron los cuatro economistas ortodoxos responsables por el Plan Real que estabilizó la economía en 1994, así como el expresidente Fernando Henrique Cardoso, entre otros.
En medio de una campaña que el bolsonarismo lanzó en las redes para vincular a Lula al "satanismo" para captar el voto evangelista, Bolsonaro logró una austera tapa de la revista Veja, destinada al público de clase media blanca y clase alta empresarial, en la que promete que es un "liberal que defiende las privatizaciones".
Allí llamó también "dictador" al juez de la corte suprema y jefe del tribunal electoral, Alexandre de Moraes, por abrirle causas por impulsar actos contra el régimen democrático.
El mandatario logró mantener una buena performance competitiva en la encuesta Datafolha de este viernes, la primera de cara el balotaje.
Según el sondeo, Lula tiene el 49% de intención de voto contra el 44% de Bolsonaro, con 2% de indecisos y 6% que votará en blanco o anulará.
Es la primera vez que Lula aparece con menos del 50% desde septiembre, tomando en cuenta los votos totales.
En votos válidos, sin los blancos ni anulados, como los cuenta la justicia electoral el día de la elección, Lula tiene 53% y Bolsonaro 47%, pero con el margen de error el resultado puede ajustarse para 51 a 49.
El sondeo indicó que Bolsonaro hereda el 42% de los votos de Ciro Gomes mientras que Lula recibe 31% del laborista, que adoptó en la campaña un discurso contra el PT y en sintonía con el jefe de Estado.
Entre los votantes de Tebet, Lula recibiría el 31% de los votos, mientras que Bolsonaro recogería el 29% de la senadora, cuyo desempeño es considerado clave para esta segunda vuelta.
La encuesta encendió las alamas entre el lulismo, debido a que Bolsonaro ha puesto la máquina del gobierno federal para la reelección, logrando el apoyo de los dos principales gobernadores del país, los de San Pablo y Minas Gerais, distritos claves para la victoria de cualquier presidente.
La serenidad y el discurso cristiano del evangelismo, recomendado por su equipo de campaña, le duró poco a Bolsonaro.
La campaña de Lula mostró un spot en la televisión con una entrevista en video del presidente cuando era diputado en 2016 en el que decía que quería comer carne humana de un indígena.
Acto seguido, Bolsonaro estalló en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
A los gritos, transpirando e insultando, el presidente quebró la serenidad que le asesoraron mantener de cara al balotaje, llamó hoy de "borracho" a su rival electoral y acusó de persecución al juez Moraes.
"Si ustedes ponen a un borracho de cachaça a conducir Brasil, un tipo sin responsabilidad, que tiene pasado de corrupción, que desprecia a la familia brasileña, que ataca a sacerdotes, a pastores, a las Fuerzas Armadas, a la policía. ¿Creen que va a tener éxito? ¡Va a poner a Dilma Rousseff de ministra de Energía!", manifestó en un trecho de su alocución.