En una reciente entrevista radial, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó sus reservas sobre la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y sugirió que el país debería considerar la realización de nuevas elecciones para legitimar el mandato del líder chavista. "A Maduro le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones, pero si tiene buen sentido, podría intentar hacer un llamado al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar un nuevo programa electoral", afirmó Lula.
Las declaraciones del mandatario brasileño se producen en un contexto de creciente tensión política en Venezuela, tras unos comicios que la oposición ha calificado como fraudulentos. Maduro fue declarado vencedor con el 52% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), que no ha publicado los detalles de la votación mesa por mesa. La oposición, por su parte, sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, fue el verdadero ganador y ha denunciado el proceso como un fraude, lo que ha desencadenado una serie de protestas que han dejado 25 muertos, 192 heridos y más de 2.400 detenidos.
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Lula, quien históricamente ha mantenido una relación cercana con el chavismo, subrayó la importancia de que los datos electorales sean presentados por un organismo confiable. "Maduro sabe que debe una explicación a la sociedad brasileña y al mundo", declaró el presidente brasileño, añadiendo que "el Consejo Nacional Electoral, que tiene gente de la oposición, podría ser confiable, pero no fueron enviados allí, sino a su corte suprema".
La situación en Venezuela ha provocado un deterioro en las relaciones con Brasil, reconoció Lula. "No es fácil y no es bueno que un presidente opine sobre la política de otro país, pero la situación en Venezuela se está deteriorando", afirmó, recordando sus relaciones con Hugo Chávez y lamentando el rumbo que ha tomado el país bajo el liderazgo de Maduro.
En paralelo, durante una audiencia en el Senado brasileño, el excanciller Celso Amorim, enviado especial de Lula a Venezuela, enfatizó la necesidad de una fuerte presencia de observadores internacionales para legitimar cualquier posible nuevo proceso electoral. Amorim también mencionó que para que la Unión Europea participe en esta tarea, sería necesario levantar las sanciones impuestas a Venezuela.
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Por su parte, Maduro ha rechazado la posibilidad de negociar con la líder opositora María Corina Machado, quien se encuentra en la clandestinidad. Sin embargo, Lula sugirió que una solución a la crisis podría incluir un "gobierno de coalición" que integre a la oposición, aunque esta opción parece lejana dada la negativa de Maduro.
Mientras tanto, líderes de otros países de la región, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, han propuesto alternativas para resolver la crisis en Venezuela. Petro sugirió un "frente nacional" similar al que existió en Colombia, en el que liberales y conservadores se alternaban en el poder como una medida transitoria para lograr la estabilidad.