Crecen en el país las empresas de triple impacto y Mendoza es pionera y referente
Publicidad

22° Mendoza

Viernes, noviembre 22, 2024

19° Mendoza

Viernes, noviembre 22, 2024

PUBLICIDAD

Crecen en el país las empresas de triple impacto y Mendoza es pionera y referente

Argentina escala alto en empresas definidas como B Corp. En ese sentido, la provincia se posiciona con Grupo BRODA como una de las primeras del país en lograr esta importante certificación.

Redacción
15/05/2024 17:27

Lejos quedó hablar sólo de Responsabilidad Social Empresarial. Es que en la actualidad, empresas y organizaciones de todo el mundo buscaron dar un cambio de eje en sus compañías en pos del desarrollo de un nuevo desafío: orientar sus objetivos empresariales bajo una visión de Triple Impacto, es decir, cumpliendo con altos estándares de desempeño social y ambiental, responsabilidad y transparencia.

Martín, Joaquín y Santiago Barbera

En esta línea, los números hablan por sí mismos: existen más de 1.000 empresas certificadas en América Latina, con más de 7.000 empresas B en todo el mundo. Y en este escenario, Argentina se posiciona como uno de los países de Latam que lidera el podio de empresas B (o B Corps), término a las que se denominan aquellas compañías que se comprometen pública y legalmente a beneficiar no solo a sus accionistas, sino a todas las partes interesadas de la empresa: los trabajadores, clientes, comunidades y el medio ambiente. Así, el país ha logrado que alrededor de 200 empresas B alcancen la certificación, casi el 20% de las de América Latina, detrás de Brasil Chile.

María Teresa y sus nietos. Familia emprendedora.

En este marco, Mendoza ha tenido un papel protagónico ya que una de las primeras certificaciones alcanzadas como “B Corp” ha sido para un grupo empresarial que, desde hace 75 años, ha sabido entender que los negocios deben estar acompañados por un fuerte compromiso social. Se trata de Grupo BRODA y su certificación en 2015 a “La Marchigina”, como primer restaurante de Argentina en conseguirla.

La familia Barbera, de renombre sobre todo en el mundo de la gastronomía de Mendoza, y con cuatro generaciones de pie, supo continuar aquel sueño que comenzó el 3 de noviembre de 1.948 cuando arribó al puerto de Buenos Aires un barco que traía una familia de inmigrantes italianos, representada por el matriarcado de Fernanda Torresi (más recordada como la Nonna Fernanda) –y con una joven María Teresa, de 13 años, acompañada por sus hermanos-, quien en la actualidad continúa impulsándose de la mano de sus nietos Martín, Joaquín, Santiago y Florencia Barbera; hijos de Fernando.

 

Con un ADN comprometido en lo social

La cuarta generación de los Barbera ha sabido llevar adelante un verdadero linaje en materia de trabajo, el cual ya se encuentra en su ADN.

La apertura de La Marchigiana, el negocio insignia de la familia los posicionó en el ámbito de la gastronomía de Cuyo. Sin embargo, el éxito alcanzado fue acompañado por la firme decisión de Fernando Barbera quien, siguiendo el ejemplo de su madre María Teresa, buscó desarrollar un modelo de negocio sin dejar de lado lo filantrópico.

Así, tras conocer a la fundación suiza Avina pudo acercarse a Pedro Tarak (co-creador del Sistema B) y a otras personas del ámbito social empresarial. Luego se vinculó con Ethos de Brasil, una inspiración para replicar estas experiencias en Mendoza con Valos, promoviendo fuertemente la RSE y volcando todo ese conocimiento, en un verdadero valor agregado para las marcas.

Siguiendo este legado nace BRODA, firma creada por seis de los hermanos Barbera, representada por un grupo empresarial con distintas unidades de negocios tales como gastronomía y la alimentación institucional; real estate, mercado de capitales y finanzas y negocios orientados a la innovación y sustentabilidad. En ese sentido, tras la certificación como B Corp del 2015, el trabajo se enfocó más allá, manteniendo la recertificación de “La Marchi” en el 2019; y en 2023 alcanzar la certificación de todo el grupo empresarial, exceptuando lo financiero.

“Desde siempre nuestra familia llevó adelante su compromiso más filantrópico si se quiere decir, tratando de ayudar a los trabajadores y a los italianos que iban llegando al país a través del primer restaurante o la primera pensión ayudándolos desde el inicio a insertarse laboralmente o dándoles un lugar dónde comer”, recuerda Martín Barbera, director de Grupo BRODA.

“A partir de aquellos años y luego con la visión de mi padre quien a sus 25 años se sumó al negocio pero con un fuerte sentido de enfoque social y su expertise junto a la Fundación Nuestra Mendoza, VALOS y al Banco de Alimentos, promovieron la responsabilidad social empresaria, la que dio la base para el presente de BRODA” , expresa el empresario y agrega: “Como una empresa B, hemos buscado que todas las empresas que conforman el grupo, sean solucionadores de problemas y no una complicación en las sociedades en dónde se encuentran e interactúan”.

Como grupo, la certificación de sistema B ha sido el resultado de una historia de cuatro generaciones, es decir que no es mera casualidad que BRODA haya llegado a ella.

“Nuestro desafío como empresa es pasar de las buenas prácticas de sustentabilidad a modelos de negocios de impacto, es decir, ser generadores  no sólo de emprendimientos empresariales que sean económicamente redituables, sino que generen un impacto positivo en la sociedad o en el ambiente. Allí pasas a ser parte de la solución y a generar un impacto positivo. Ese el desafío más grande porque nacimos como empresa tradicional”.

Cabe señalar que BRODA ha enfatizado su compromiso social en dos de sus unidades de negocios. Por un lado, la cadena de almacenes FRAT que llega como modelo de negocios de impacto donde se inserta a las mujeres en el mundo laboral con la particularidad de ser sostén de sus familias. Son casi 40 mujeres, con edades que desde los 40 años, aunque  el rango etario se ha modificado por las distintas necesidades.

Fábrica Supra

“Para ellas es una gran oportunidad laboral, nadie mejor que nuestras ‘anfitrionas’ para dar un valor agregado a los clientes de FRAT ya que al ser jefas de hogar, saben dar una cercanía y familiaridad a los clientes del barrio”, apunta Martín Barbera. “Son todas anfitrionas porque es el viejo modelo de ‘alma de almacenero’, que es parte del barrio, que se siente como un vecino más y que además tengan esa calidez de sentir que el local es como su casa y reciban a su gente”.

En la segunda línea se encuentra SUPRA, que también nació buscando generar un impacto positivo en la sociedad.

Ubicada en el parque industrial de Godoy Cruz, es la unidad de servicios de alimentación institucional de BRODA y, con ella, se busca también la mitigación de impacto con la eliminación de plástico de primer uso, reemplazándolos por contenedores de vidrio.

“Para nosotros, es un desafío sacudir este tipo de industria esforzándonos en hacer las cosas mejor, generando menos impacto sobre todo en el mundo ambiental”, señala Martín.

No obstante, con SUPRA no solo se ha buscado mitigar el impacto ambiental con estas medidas sino ir por más. De esta manera se suma la inclusión de personas con capacidades diferentes como empleados de la empresa; todo un desafío que ha dado satisfacciones absolutas a la firma.

“BRODA es una empresa profesional pero también sigue siendo una empresa familiar, ese es el concepto que no queremos jamás perder. Buscamos mantener siempre esa humanidad, mantener la sensibilidad de sentirse familia en cada objetivo que nos propongamos como grupo”, finaliza Martín Barbera.