El postergado hospital de Luján de Cuyo vuelve a ser noticia, no tanto para que un Gobierno anuncie su terminación de forma tradicional, sino porque la gestión actual de Alfredo Cornejo, avanza en un novedoso sistema de administración público-privada, que -según dicen- permitirá terminar la obra y que finalmente, comience a funcionar con un gestor no estatal.
Hace un par de días, Cornejo, junto los ministros de Salud, Rodolfo Montero, y de Gobierno, Natalio Mema y al intendente lujanino, Esteban Allasino, informó que en 2025 se licitará un sistema que permita concesionar a un privado la administración del futuro hospital, a cambio de que éste termine de construir el edificio hospitalario.
El propio ministro Montero lo confirmó en Radio Jornada, donde también explicó en qué consistirá el novedoso sistema.
En diálogo con el programa Lado A, que conduce Luis Ábrego, el funcionario marcó las diferencias entre los distintos sistemas para gestionar un hospital del Estado: puramente público, los sistemas mixtos y éste que se pretende instalar.
“Este modelo es el de un hospital público, con acceso gratuito para las personas que no tienen una obra social, pero gestionado por una empresa privada”, confirmó Montero, quien se apuró a anticipar que se tratará de un caso “único”, dando a entender que no existe ninguna pretensión de privatizar la salud pública.
Con esa base, lo que se ha hecho es “publicar el pliego con el que en el futuro se llamará a licitación”, añadió el ex presidente de la Fundación Escuela de Medicina Nuclear (FUESMEN), entidad que de alguna manera ejemplifica el formato pretendido para el futuro hospital.
“Con esto, primero es algo transparente, ya que todo el mundo podrá verlo”, agregó Montero. “Eso estará publicado hasta fines de enero y luego haremos el llamado a licitación”, completó.
Cómo encajará la sociedad Estado - empresa privada
Según el ministro, una vez que se adjudique a la empresa privada que gane la licitación, la puesta en marcha será “rápida”, teniendo en cuenta que la obra ya tiene construidos y en pleno funcionamiento los consultorios externos. “También estará rápido lo que llamamos ‘consultorio de demanda espontánea’, una guardia de baja complejidad para el 90% o 95% de las urgencias que se atienden habitualmente”, añadió.
Ya en pleno funcionamiento de esta innovadora “sociedad”, la parte privada deberá cumplir con las consignas de invertir y construir lo que falta del hospital. “Tiene que ir haciendo las inversiones para los quirófanos, la internación, el servicio de imágenes, del laboratorio”, detalló el ministro para resaltar: “En el lapso de 5 años debe complejizar el hospital”.
De acuerdo con la idea del Ejecutivo provincial, el operador privado tendrá que pagar un canon por haber recibido el hospital como está actualmente. “Pero ese canon se deducirá de las inversiones que el privado haga”, destacó Montero. Esto será así porque el fruto de esas inversiones, que se convertirán en el hospital mismo y funcionando, seguirá siendo siempre un bien del Estado.
“Una vez que se termina el plazo de la concesión del privado, el hospital pasa a manos del Estado”, concluyó el ministro de Salud, dejando en claro que las concesiones podrían renovarse si se continúa con acuerdos similares con el privado que se haga cargo de esta primera gestión del futuro nosocomio lujanino.
Más de una década de espera
El 30 de abril de 2014, el entonces gobernador justicialista, Francisco “Paco” Pérez, firmó el inicio de la obra de construcción de la primera etapa del Hospital de Luján de Cuyo,. Lo hizo acompañado por su ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso (o en las filas del PRO), de su ministro de Salud, Matías Roby y del entonces intendente lujanino, Carlos López Puelles.
Desde aquel momento fueron no pocas las promesas de concreción y las idas y vueltas para su terminación que solo logró mínimos avances, como la construcción, en en diciembre de 2019, de sus consultorios externos, cuando Cornejo finalizaba su primer mandato y Omar De Marchi culminaba su gestión como intendente.
La ficha técnica inicial en 2014, indicaba la pretensión de lograr una superficie cubierta de 5.383 m2, a construir “en 18 meses”, algo que, al menos hasta ahora, nunca se concretó.