Mucha gente toma bebidas energizantes o alguna taza de café para mantenerse despiertos, pero consumirlo en exceso puede provocar un paro cardíaco, inclusive en personas totalmente sanas, según reveló un reciente estudio realizado en Reino Unido.
Bebidas energizantes, peligrosas
El guaraná es un ingrediente común en las bebidas energizantes y puede generar reacciones inesperadas cuando se combina con otros elementos. A menudo se mezcla con ginseng o taurina para darle sabor y un toque extra.
Pero los autores de la investigación, publicada en Anatolian Journal of Cardiology, dijeron que existía el riesgo de "paros cardíacos inexplicables en los jóvenes después de consumir bebidas energizantes".
Mezclar con alcohol, más peligroso todavía
El riesgo aumenta aún más si las bebidas energizantes se mezclan con alcohol. Es muy común en las noches de fiestas argentinas que se mezclen estas bebidas con champagne o vodka, por ejemplo.
"Parece claro que las bebidas energizantes, algunas bebidas y algunos suplementos que incluyen estimulantes podrían provocar eventos cardiovasculares críticos y rara vez irreversibles en la población joven", explicaron los investigadores.
Por lo general, la cafeína es segura para consumir y disfrutar, pero puede ser dañina en grandes dosis.
Los científicos advirtieron que las bebidas energizantes podrían "conducir a eventos catastróficos a través de arritmias letales".
El paro cardíaco repentino a menudo ocurre sin previo aviso, provocado por un mal funcionamiento eléctrico en el corazón que provoca un latido cardíaco irregular (arritmia).
Energizantes también pueden provocar cáncer de intestinos
Una investigación publicada en la revista Gut reveló un vínculo entre las bebidas azucaradas y energizantes con el cáncer de intestino.
La investigación encontró que los adultos, especialmente las mujeres, que cenan con dos o más botellas para saciar su sed todos los días están "duplicando" el riesgo de cáncer de intestino antes de los 50 años.
Los refrescos, las bebidas con sabor a frutas y las bebidas deportivas y energéticas representan una amenaza significativa, afirma el estudio