Si hablamos de Juan Manuel Belgrano es imposible no relacionarlo con el Día de la Bandera, pese a que su fundación se produjo un 27 de febrero. En rigor, la fecha se eligió en homenaje a su creador, quien murió un 20 de junio de 1820. Un dato, que es sólo uno más, entre los tantos que conforman un cojunto de curiosidades que rodean a la concepción de la insignia patria.
El Día de la Bandera surgió como un desagravio
La fecha en homenaje a Manuel Belgrano se instituyó el 8 de junio de 1938, a través de la ley 12.361 durante la gestión del por el entonces, Presidente de la Nación Argentina, Roberto M. Ortiz. Una norma que se promulgó luego de dos años de intensos debates que surgieron como un acto de desagravio impulsado por jóvenes argentinos "afectados e indignados por frecuentes manifestaciones extranjeras" en los tiempos de la Guerra Civil Española. En ese contexto, se decretaba por primera vez un "feriado en todo el territorio nacional el 20 de junio".
Belgrano juró dos veces la bandera
El 27 de febrero de 1812, cerca de Rosario, en una pequeña fortificación a orillas del Paraná, Belgrano izó la bandera por primera vez. Desde el Triunvirato, se lo recriminaron y le pidieron que la oculte. Sin embargo, un año más adelante, en Metán, Salta, tras reunirse la Asamblea del año 1813, volvió a repetir la escena en el río Pasaje que ahora se llama Juramento.
El “día de la Bandera” es el 20 de junio, aniversario del paso a la inmortalidad de su creador, el general Manuel Belgrano (1820); así lo dispuso la Ley Nº 12.351, aprobada en el año 1938
Los colores y sus ¿dos o tres franjas?
La historia en las escuelas cuenta que Belgrano se inspiró al mirar el cielo para elegir los colores de la bandera. Según el prócer, se inspiró en el escudo nacional. Lo concreto, según el Instituto Belgraniano, es que advirtió la necesidad de diferenciar los ejércitos patriotas de los españoles, a los que se combatía. Su decisión radicaba en que en ese entonces las tropas patriotas utilizaban como insignias las banderas reales. Una similitud que indicaba que, pese a la lucha, aún no estaba del todo clara la intención de ruptura, con lo cual, la decisión de Belgrano fue un poco más significativa que un mero simbolismo. Sus colores eran el blanco y el azul celeste, divididos en dos franjas (aunque hay quienes dudas de que hayan sido tres).
Jura, reto del Triunvirato y desobediencia de Belgrano
Al realizar la primera jura, Belgrano informó de sus acciones al Triunvirato. "Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé a hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional. Espero que sea de la aprobación de vuestra excelencia". Bernardino Rivadavia, secretario de Guerra del Triunvirato, le contestó: "Haga pasar como un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera blanca y celeste enarbolada, ocultándola disimuladamente". El fundador de la insignia patria respondió que se deshaceria de la bandera y no quedarían rastros de ella. No obstante, fue enarbolada nuevamente en septiembre de 1812 luego del triunfo en la batalla de Tucumán. Belgrano la llamó "Bandera del Ejército".
La institucionalización de la Bandera
En 1816, durante el Congreso de Tucumán, se institucionalizó la bandera con dos franjas celestes y una blanca en el medio. En principio, se la contempló para utilizar sólo en ejércitos, buques y fortaleza. Aunque luego, por pedido del director supremo Juan Martín Pueyrredón, se la designó como bandera oficial. Debía tener tres franjas, con la parte del medio con una medida que fuera el el doble de tamaño que las otras para que, en caso de guerra, tuviera el dibujo de un sol. Mientras que el color de las otras dos debía ser más azul celeste, que celeste.