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Polilla de la vid: Mendoza licitó insumos y servicios para el control de la plaga con fondos propios

13/09/2021 15:25
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Luego de que el Senado aprobó por unanimidad el proyecto enviado por el gobierno de Rodolfo Suárez que prevé el aporte de $600 millones por parte de la Provincia, el Gobierno abrió las ofertas para encarar múltiples acciones que van desde aplicaciones desde el aire hasta feromonas para evitar la reproducción. La ley está abierta a la posibilidad de que la Nación aporte fondos.





Mendoza abrió las ofertas para compra de feromonas, aeroaplicadores e insecticidas para combatir la plaga Lobesia botrana o polilla de la vid, pese a que la ley prevé la llegada de fondos nacionales que aún no se materializa.

Esa campaña, que se lleva adelante Mendoza Fiduciaria a través del Fidecomiso de Administración y Asistencia Financiera Vitivinícola, deja abierta la posibilidad de aportes nacionales y solicita además la eximición el pago del IVA en el Seguro Agrícola, lo que permitiría destinar entre $150 millones y $180 millones más al plan.

Los $600 millones fueron aprobados por unanimidad en el Senado local, por lo que la Provincia comienza las acciones para controlar una plaga que también afecta a los frutales, con dinero de sus arcas, a la espera de los requerimientos realizados a Nación.

Tras la apertura de sobres, se seleccionaron dos empresas proveedoras que llegan al monto aprobado para destinar fondos provinciales: Agro Roca SA y BASF Argentina SA presentaron sendas ofertas para las múltiples acciones, que van desde servicios aéreos hasta control reproductivo de la polilla, por el total del dinero autorizado.

De esta forma, se contrata aeroaplicación de feromonas pulverizables, una técnica también llamada confusión sexual, que logra anular la cópula de adultos y evitar su reproducción, para 20 mil hectáreas.

Además, se instrumenta la aplicación desde el aire de insecticidas dirigidos al control de huevos y larvas para 50 mil hectáreas. En la misma licitación se adquieren insecticidas para pulverización terrestre en producciones orgánicas convencionales y pulverizaciones aéreas.

Una acción fundamental para Mendoza

Según señala el articulado de la ley firmada por Suárez y el ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié, el principal objetivo es “la provisión de recursos financieros para poder ejecutar las acciones de control previstas únicamente durante la temporada productiva 2021/2022, debiendo arbitrarse mediante otras normativas y/o vías administrativas los recursos necesarios para afrontar futuras campañas de lucha contra Lobesia botrana”.

En la fundamentación, se explica que “es conocido el impacto que genera sobre la producción vitivinícola de Mendoza la plaga cuarentenaria Lobesia botrana, afectando la cantidad y calidad de la producción de uvas, mostos y vinos, comprometiendo la fuente de trabajo de miles de productores y familias que dependen económicamente de la actividad agrícola y de la industria enológica local”.

Para llevar adelante estas acciones, Mendoza Fiduciaria, a través del Fidecomiso de Administración y Asistencia Financiera Vitivinícola, convocó a licitación abierta para la contratación de servicios coordinados entre el Gobierno provincial y el Instituto de Calidad y Sanidad Agroalimentaria de Mendoza (Iscamen).

La Lobesia botrana afecta principalmente a la uva pero puede atacar también frutales como los ciruelos. En Mendoza, el cultivo de vid representa la principal actividad agrícola, con 151.000 hectáreas de viñedos. La provincia es también la mayor exportadora de ciruelas del país.

Cabe recordar que en la campaña 2020/2021 se llevó adelante un “plan de control mínimo” como estrategia de sostenimiento, con el propósito de contener el avance de la plaga.

En un trabajo llevado adelante con el Iscamen, se implementó la Técnica de Confusión Sexual (TCS) sobre 18.000 hectáreas de cultivo; se cubrieron 42.000 hectáreas con aeroaplicaciones de insecticidas y 14.000 hectáreas fueron asistidas con insecticida de aplicación terrestre (para una aplicación). También se aplicaron feromonas en 24.000 hectáreas.

Para la evaluación de daños, el programa se apoyó en una estructura oficial, que cuenta con una red conformada por 4.000 trampas específicas que son regularmente visitadas por agentes fitosanitarios. Además, se efectuó un riguroso relevamiento de daños ocasionados por la plaga en determinados momentos de la campaña, donde cobraron mayor relevancia las observaciones cercanas a cosecha.

Las áreas alcanzadas por estas acciones tuvieron una significativa disminución de la plaga. Por el contrario, en áreas no alcanzadas por la asistencia del programa y/o sin acciones directas de control ejecutadas, los niveles de capturas acumuladas se vieron incrementados.

Los resultados de la campaña 2020/2021 ponen en evidencia la necesidad de abarcar grandes áreas continuas de trabajo para conformar bloques homogéneos en donde se controlan las poblaciones de la plaga de manera completamente coordinada.

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