Pero como siempre es bueno empezar por el principio. Entonces, ¿qué es la desertificación?:
La desertificación es la degradación del suelo en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas ocasionada por distintos factores, como las variaciones climáticas y las actividades humanas. Tiene su origen en factores físicos, biológicos, políticos, sociales, culturales y económicos.
La desertificación en Argentina
Las tierras secas ocupan el 70 % del territorio nacional y se ven afectadas por el manejo ganadero, forestal o agrícola no sostenible; la deforestación y el uso inadecuado de los recursos hídricos. Los factores que llevan a la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos pueden ser la erosión hídrica y eólica, la disminución de la cobertura vegetal y de la productividad de la vegetación natural y la alteración del ciclo hidrológico.
¿Cuáles son las consecuencias negativas sobre la población?
La migración, el abandono de tierras, la pobreza y la marginalización, además de un desequilibrio territorial y ambiental. Todo esto afecta la calidad de vida de las poblaciones, que en el país es cercana al 30 %.
La degradación de la tierra
La erosión hídrica y eólica es uno de los procesos principales de degradación de la tierra. Aproximadamente un 12 % de la superficie del país presenta tasas altas de erosión, concentrándose en zonas áridas/semiáridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal tales como Patagonia, Cuyo y NOA.
“Las tierras en riesgo de convertirse en desierto representan las tres cuartas partes de la Argentina, y en ellas se genera la mitad de la producción agrícola ganadera. Eso, por sí solo, justifica medidas para recuperar el suelo. Tenemos el 40 por ciento de los animales y las plantas en riesgo de extinción, y si se continúa al ritmo de 250.000 hectáreas de bosque nativo taladas por año, en 2036 nos quedaremos sin ese paisaje”, dijo Elena Abraham, científica del Cricyt-Conicet en las Convención de las Naciones Unidas.
Nos pareció interesante abordar el tema y aprovechamos que, una científica de tal importancia es mendocina, y la contactamos en radio Jornada (FM 91.9). Siempre es interesante el incorporar conocimiento y, además, no ocupa lugar.
Nos dijo “lo que hemos hecho nosotros con nuestras tierras secas es degradarlas a través del tiempo restándoles gran parte de su capital natural y social y eso es la desertificación, o sea, lo hemos empobrecido. Y lo hemos empobrecido porque hemos atacado el bosque nativo, hemos sacado los algarrobos, hemos sacado los retamos, y bueno, lo hemos empobrecido grandemente, hemos dejado gran cantidad de suelo desnudo, hemos sobrepastoreado, hemos puesto demasiado ganado, y, fundamentalmente, a la gente que vive en este territorio la hemos dejado sin agua. Entonces lo que hemos logrado es un ecosistema que está totalmente deficitario en sus funciones vitales y no puede recuperarse solo. Lo que hay que hacer ahí es intervenir para que el territorio, el paisaje recobre todas sus funciones y capacidades”.
Elena agregó “la degradación de la tierra por un mal uso se vence con conocimiento, con educación, con decisión política y con inversión y con planes”.
El diagnóstico en Mendoza
“Todos los ecosistemas de Mendoza están afectados por la desertificación en distintos grados”, señaló contundente a la hora de pedirle un diagnóstico de la situación de la provincia Esto porque es el problema ambiental de las tierras secas. El territorio mendocino no cuidado y, castigado va a empezar a arruinar, va a reducirse especies valiosas tanto animales como vegetales, va cambiando la fisonomía del paisaje. Hay que prevenir, hay que planificar y hay que ser muy racional en el uso de los recursos”, afirmó Abraham.
Lo dicho en reiteradas ocasiones, debemos tener un uso racional y equilibrado del agua y habrá que redoblar inversiones para el cuidado del agua, especialmente en la etapa de la distribución, para bajar el porcentaje de pérdidas y optimizar el sistema.