La determinación de ftalatos es esencial para la exportación de vinos a China. Es una herramienta que el INTI brinda al sector vitivinícola y constituye una verdadera oportunidad de crecimiento para las bodegas que deseen avanzar con su oferta de productos a un mercado altamente competitivo.
La determinación de ftalatos es un paso esencial a tener en cuenta a la hora de exportar vinos y destilados a la República Popular de China. El INTI es el organismo autorizado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) como laboratorio de referencia para el control de muestras. Estos compuestos químicos pueden entrar en contacto con el producto durante el proceso de elaboración si no se toman las medidas adecuadas.
Desde hace siete años el INTI, en su sede de Mendoza, ofrece este tipo de servicios a la industria vitivinícola. Un ejemplo reciente de ello es la bodega Colomé ubicada en Cafayate, Salta, que encargó al Instituto la realización del control de ftalatos de acuerdo a normativa establecida por el INV para poder enviar a China una muestra de sus vinos y comenzar un proceso de apertura de mercado. Los resultados fueron satisfactorios.
El control de ftalatos es un servicio que constituye una verdadera oportunidad de crecimiento para las bodegas que deseen avanzar hacia el crecimiento y expansión de sus mercados, en un entorno tan globalizado y altamente competitivo como el actual, contribuyendo al control de calidad de sus vinos. El INTI ha brindado en los últimos años, asistencia técnica y analítica a más un centenar de bodegas interviniendo en el despacho de más de 1.000 cargas de vinos y asistiendo en la búsqueda de soluciones para quienes apuntan a cumplir con los estándares de calidad exigidos por el mercado oriental. Durante la pandemia se han analizado 36 muestras entre vinos y destilados de bodegas representativas de la región de Cuyo.
Con el fin de atender los requerimientos de la industria vitivinícola y acompañar los procesos de calidad e inocuidad de los vinos argentinos, el Laboratorio de Cromatografía del departamento de Servicios Analíticos, perteneciente a la Dirección de Alimentos Cuyo, lleva más de siete años realizando la determinación de residuos de ésteres del ácido ftálico en vinos. Para poder exportar a China, las bodegas deben obtener la certificación correspondiente del Instituto Nacional de Vitivinicultura quien, en su circular 38-GF/2013, autoriza al Centro INTI Mendoza como laboratorio donde podrán remitirse las muestras de vinos para la determinación de ftalatos. Este servicio apuntala de forma estratégica las acciones que viene impulsando el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación para el desarrollo de las exportaciones del sector vitivinícola, en especial hacia el mercado chino. Por ejemplo, se diseñó un patrón clave para el análisis y control de calidad del vino argentino – leer aqui –
Un contaminante prohibido en el mercado oriental
Los ftalatos son compuestos químicos altamente presentes en nuestro medio ambiente. Son utilizados comúnmente como aditivos en los procesos de fabricación de plásticos y en diversas formulaciones de revestimientos sintéticos y pinturas, con el objetivo de mejorar su flexibilidad, su funcionamiento mecánico y su resistencia a variaciones de temperatura. Así, muchos productos de consumo habitual pueden contener cantidades variables de ftalatos. Su toxicidad se asocia a la propiedad de los mismos como disruptores endocrinos ocasionando trastornos en la salud reproductiva.
En el caso puntual de los vinos y bebidas espirituosas, la contaminación se asocia a los diferentes polímeros que entran en contacto directo con los mismos durante los procesos de elaboración, como pueden ser las actividades de bombeo y remontaje, fermentación o maceración, estabilización, mediante la utilización de bombas, mangueras, juntas de cierres, tanques, resinas epoxi, entre otras. La tasa de transferencia de los ftalatos a la bebida aumenta con la presencia de alcohol y otras condiciones como tiempo y temperatura. Por esta razón, los destilados pueden contener niveles más elevados en comparación con los vinos.
El grado de contaminación dependerá del contacto con materiales que presenten ftalatos y de la dinámica de combinación entre tiempos, temperaturas y graduación alcohólica. Según sea la naturaleza del material, su estructura, textura, molécula considerada y superficie expuesta al contacto con la bebida, el potencial de migración puede ser muy diferente. Con el objetivo de alcanzar los niveles de sensibilidad demandados, el Laboratorio de Cromatografía, realiza dicha determinación con un equipo de alta tecnología, conformado por un cromatógrafo gaseoso acoplado a un detector selectivo de masas.