La producción de las pymes industriales cayó 53,1% en abril frente al mismo mes del año pasado. Cuáles son las estrategias que proponen los especialistas para revertir la situación.
Al pensar en una matrioshka, lo primero que viene a la mente es una muñeca hueca que, adentro, contiene otra igual de menor tamaño y así sucesivamente hasta llegar a la última. De forma similar, la situación económica actual en nuestro país está envuelta por la coyuntura especial de la pandemia, que incide en la Argentina como en el resto del mundo.
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En una capa interior aparece la realidad de cada rubro de la economía: el impacto en la industria de la alimentación o farmacéutica es muy distinto que en la textil o la metalmecánica. Y la última muñeca escondida en el interior representa problemas estructurales como la inflación, el costo impositivo para las pymes y un posible default, que provocaría una mayor dificultad de acceso al crédito externo.
En concreto, en abril la producción industrial se derrumbó un 53,1% en comparación con el mismo mes del año pasado, según la encuesta mensual de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) realizada entre 300 industrias pymes de todo el país.
El rubro textil, en la comparación anual, fue el más afectado con una baja del 79,4% y la menor caída fue en alimentos con un 16,2%.
Según Pedro Cascales, secretario de CAME y empresario, las necesidades más urgentes de las pymes en este contexto son el pago del 50% de los sueldos que no cubre el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y, en segundo lugar, “poder alargar el plazo de la moratoria para quitar el peso de los impuestos que están venciendo y no se sabe cómo afrontarlos”.
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Cómo salir adelante
¿Qué estrategias pueden aplicar las pymes para salir lo más rápido posible de esta situación? Diego Pasjalidis, ingeniero especialista en innovación, propone cuatro claves a tener en cuenta.
1- Cambiar el mindset o forma de pensar de quienes las manejan
Usar más la innovación, ser ágil y encontrar soluciones cooperando con otros. “Una pyme no puede salir sola de esta situación, tiene que agruparse con proveedores, clientes, para desarrollar soluciones a medida, y hasta con competidores del mismo sector”, explica Pasjalidis.
2- Digitalizarse
Hacerlo mediante la incorporación de la tecnología existente, desde la comercialización a través de plataformas y redes sociales, hasta las videollamadas con clientes o futuros proveedores.
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3- Analizar tendencias
Esto implica entender qué cambios harán los consumidores de ahora en adelante. Muchas personas se acostumbraron durante la cuarentena, que lleva casi 80 días, a hacer gimnasia a través de plataformas como Instagram: “Si la gente va a entrenar más desde la casa e ir menos al gimnasio, hay que cambiar el modelo de negocios. Una forma de abordarlo es vender el producto a través de influencers que dan clases online y ya no tener un local físico en una avenida”, continúa el ingeniero.
4- Escuchar a los usuarios mediante la vigilancia tecnológica
Ver qué problemas tienen y entenderlos. Aprovechar los comentarios negativos para ofrecer soluciones y los positivos para emular y replicarlos.
Con la demanda muy deprimida, para los próximos seis meses apenas el 26% de las firmas cree que sus ventas aumentarán. El turismo, junto a toda la cadena de valor –gastronomía, hotelería, transporte de pasajeros y shows turísticos- y la industria textil, de calzado y metalmecánica (involucrada con la industria automotriz y las inversiones en bienes de capital) serán las que más tardarán en recuperarse.
Pasjalidis, director de Innovación de Stefanini Argentina, explica: “Habrá un golpe fuerte en todas las industrias en las que hay aglomeración de gente. Más allá de que, en algún momento, se pueda volver a ir al cine o al teatro, la cantidad de gente que vaya va a ser menor”.
El especialista agrega que la industria del petróleo es una de las más afectadas, lo que arrastra a muchas pymes argentinas que venden servicios o productos de mantenimiento asociados a esa actividad.
En línea, Cascales concluye: “Las industrias de la alimentación, farmaceútica y servicios, que no requieren trabajo presencial, tendrán una recuperación más veloz. Otro rubro que puede recuperarse rápido es el de materiales de construcción, en la medida que los argentinos vuelquen sus ahorros al sector. Teniendo en cuanta que el tipo de cambio oficial está atrasado, es un buen momento para construir, es barato”.
Fuente: El Cronista