La variación D614G incrementa hasta 4 o 5 veces el número o la densidad de “espigas”, la estructura exterior en forma de corona que el virus utiliza para ingresar a las células. Si se confirman los hallazgos, podrían ser la explicación de la fácil propagación en el continente.
Un equipo del Instituto de Investigación Scripps de Florida ha descubierto que una leve mutación genética en el coronavirus SARS-CoV-2 incrementa de manera significativa su capacidad para infectar las células, según un comunicado de la institución.
La viróloga Hyeryun Choe, autora principal del estudio, dijo que pudieron determinar en los sistemas de cultivo celular que “los virus con esa mutación son mucho más contagiosos que los que no la tienen”.
Los investigadores indicaron que la mutación afecta la proteína espiga, una estructura en el exterior del virus que utiliza para ingresar a las células. Si se confirman los hallazgos, sería la primera vez que se demuestra que los cambios observados en el virus tienen importancia para la pandemia.
Lo que hace la mutación D614G es incrementar hasta 4 o 5 veces el número o la densidad de “espigas” funcionales existentes en la superficie viral y, a la vez, hacerlas más flexibles.
El equipo realizó dos experimentos. En uno, crearon virus sustitutos inofensivos mediante herramientas comunes, incluyendo retrovirus y partículas llamadas viroides.
En otro experimento, hallaron que los virus que portaban la mutación D614G infectaban el tejido de las células con mucha mayor eficiencia que los virus sin esa mutación.
Los investigadores señalaron que cuando se desarrollen las vacunas para el coronavirus, deberán servir tanto para la variante D614G como para las demás.
Las mutaciones son cambios diminutos aleatorios del material genético del virus que ocurren cuando se replican.