La posibilidad de que los hoteles de esas localidades que presten servicios de gastronomía puedan alojar huéspedes llega de la mano de la flexibilización que alcanza a bares, confiterías y restaurantes.
Es la primera actividad para el sector luego de 70 días de aislamiento y, por ahora, solo alcanza a quienes vivan en la misma región y se trataría de un alojamiento eventual.
Es decir, es una suerte de miniescapada de cercanía para aquellos que vivan en proximidades de esos establecimientos que ya cuentan además con los protocolos pertinentes para poder recibir a las personas.
La ministra de Turismo, Mariana Juri hizo referencia al tema al lanzar la ayuda del gobierno provincial para la cultura y el turismo. “A partir de hoy se puede utilizar alojamiento con gastronomía, es decir, que una persona del Gran Mendoza podría ir a un hotel de Potrerillos o Uspallata a almorzar o cenar y quedarse a dormir”, expresó la funcionaria.
El resultado de la medida será analizado minuciosamente ante el reiterado pedido de algunas regiones de la provincia que desde hace rato esperan la apertura del turismo interno y para ello han elevado los protocolos correspondientes. Sin embargo, desde el gobierno provincial se muestran cautelosos a abrir la circulación de gente ante el peligro que significa la existencia del virus.