La arquitecta Graciela Moretti hace un repaso por la historia de este emblemático espacio turístico de Mendoza. El proyecto fue impulsado por la oficina de Arquitectura de ese entonces.
En 1942 y con la leyenda “Moderno y hermoso hotel, en pintoresco valle, al pie de las altas cumbres del Plata, bosques y arroyos, lugares de excursión, deporte, equitación, natación, andinismo, ideal para descanso, gran centro de atracción turística a sólo 13 kilómetros de las famosas termas de Cacheuta y a 58 kilómetros desde Mendoza”, se presentaba en sociedad el flamante Hotel de Potrerillos cuya apertura se había realizado el 25 de enero de ese año.
La revista “Caminos y Transportes” dedicada a Mendoza, enumeraba las bondades del hotel, indicando que para llegar había un “excelente camino, de una hora y media de agradable viaje desde la ciudad por ruta cordillerana, en gran parte pavimentada, pasando por Cacheuta”. En aquel tiempo el costo del viaje hasta Potrerillos -ida y vuelta- era de 35 pesos “en auto alquiler” o de 6 pesos, en ómnibus.
El Gran Hotel de Potrerillos había sido gestado por el gobierno de Mendoza para impulsar el turismo en la provincia. El proyecto estuvo a cargo de la oficina de Arquitectura, cuyos profesionales y técnicos se abocaron a la producción de la documentación técnica y detalles necesarios para el llamado a licitación de las obras.
Los planos que se conservan en el archivo del organismo fueron elaborados en momentos significativos. Para este artículo se han seleccionado algunas piezas gráficas realizadas entre los años 1939 y 1941 y un plano de 1966. Estos planos reflejan cómo se trazaron en el papel tanto el proyecto arquitectónico del cuerpo principal como de los edificios de servicio, destinado al alojamiento de los trabajadores. También cómo se planteó el diseño de los espacios exteriores y de los interiores, incluyendo el diseño del mobiliario y artefactos de iluminación.
El origen
Sobre los orígenes del hotel, la historiadora Verónica Cremaschi indicó que hacia 1937 se dio a conocer un proyecto de ley que “autorizaba a construir una serie de hoteles estatales que serían dados a la administración particular”. Esta propuesta luego se materializó en la Ley 1.298 que además de conceder beneficios a privados para la instalación de hoteles, posibilitaba que el estado provincial construyera los suyos propios.
La secuencia de los planos da cuenta del inmenso esfuerzo y dedicación que se le dio a este proyecto. En todos ellos aparecen las firmas y trazos de quienes participaron en su realización, encabezados siempre por el director en ese entonces, el arquitecto Arturo Civit. Su hermano Manuel ya se había desvinculado de la oficina para cuando el proyecto del hotel se estaba realizando, por ello no aparece su nombre en ninguno de los planos estudiados.
De la documentación consultada podemos establecer ciertos momentos en los que los técnicos y profesionales se dedicaron a la realización de los planos. En los inicios hacia 1939 cuando se dibujaron las plantas, cortes y vistas del cuerpo principal. Luego, en 1940 en que se realizaron detalles de los interiores de los espacios y de las carpinterías, como por ejemplo el diseño de la tradicional puerta giratoria que estaba en el ingreso. Y finalmente en 1941 cuando se realizaron los planos del cuerpo destinado a las zonas de servicio, garaje y alojamiento de los empleados, y el diseño de los jardines y parques.
En algunos de ellos incluso se advirtieron correcciones en tintas de otro color de modificaciones desarrolladas sobre los planos originales, con fechas posteriores en la década del cincuenta, por ejemplo. También planos elaborados en la década del sesenta, donde se desarrollaron cambios en el conjunto.
El proceso
El proyecto se inició durante el gobierno de Rodolfo Corominas Segura (1938-1941) y se inauguró durante el de su sucesor Adolfo Vicchi (1941-1943). A través del expediente 3161/1939 el Ministerio de Economía, Obras Públicas y Riego remitió los antecedentes para la construcción de dos obras en Luján de Cuyo: el hotel de turismo en Potrerillos y la hostería en el dique Cipolletti junto al río Mendoza. También una obra prevista en el parque General San Martin: la remodelación de la hostería del Cerro de la Gloria.
Hace casi ocho décadas los técnicos y profesionales de la Dirección trabajaban a contrarreloj para entregar los planos a la empresa que había resultado elegida en la licitación de la obra. La adjudicación del hotel de Potrerillos se otorgó a José Cartellone, la misma empresa que construyó la Caja de Jubilaciones y Pensiones en la esquina de Patricias Mendocinas y Rivadavia. A la licitación se habían presentado además David Crocco y Lucas Sarcinella.
Luego de iniciadas las obras del edificio destinado al hotel propiamente dicho, en 1941 se autorizaron fondos para la ampliación del hotel. Se trataba en realidad de las construcciones anexas, necesarias para el funcionamiento del conjunto.
Arturo Civit, el director de la oficina, se desvinculó en agosto de 1941, señala Cecilia Raffa en su reciente libro “Construir Mendoza”. Por este motivo para la inauguración del hotel, en enero del año siguiente, ya estaba en funciones su sucesor el arquitecto Ewald Weyland cuyo nombramiento se efectivizó también ese mes.
La concesión del hotel se otorgó a Enrique Balbi, empresario que posteriormente en 1946 inauguró otro emprendimiento en la avenida Las Heras.
El desenlace
Las primeras imágenes fotográficas y postales del hotel evidencian aquella típica morfología del edificio, con su volumetría de carácter orgánico, sobre un terreno que aún no se había trabajado paisajísticamente. Con el correr de los años, esto se fue revirtiendo y el hotel de turismo de Potrerillos fue transformándose en el Gran Hotel, con sus terrazas en desniveles, su entorno forestado y sus elementos que fueron caracterizando e identificando al lugar. Los caminos serpenteantes, los juegos infantiles, la cancha de tenis y el mini-golf de la terraza principal, fueron parte de las atracciones del hotel, junto con la silueta del edificio, una de las postales más representativas de la Mendoza de mediados del siglo XX y de las décadas que le siguieron.
Luego de 25 años el hotel cerró y su reapertura se dio en 1971. En esta segunda etapa el hotel funcionó hasta la década del noventa. Previo a su cierre vivió otra época de oro en los setenta, cuando el hotel fue elegido por la selección de Holanda para su concentración en Mendoza para el Mundial de 1978. Las instalaciones se acondicionaron y a sus atracciones se le sumó la cancha de futbol, de dimensiones reglamentarias, construida para el entrenamiento del equipo holandés que es año resultaría subcampeón mundial.
Recientemente en 2016, y luego de varios años destinados a la rehabilitación y refuncionalización, el hotel reabrió sus puertas. El estudio de los arquitectos Ricardo Carminatti y Roberto Cerutti desarrolló el proyecto de intervención de este bien del patrimonio cultural de la provincia. Un sitio reconocido no sólo por el alto valor paisajístico del conjunto situado en el valle de Potrerillos sino también por las historias y momentos transcurridos en el lugar.
Texto de la arquitecta Graciela Moretti
Dirección de Patrimonio Cultural y Museos
Ministerio de Cultura y Turismo
- Para conocer más sobre el Hotel de Potrerillos y las obras impulsadas por la Dirección de Arquitectura del Gobierno de Mendoza se pueden consultar los siguientes trabajos:
- Cremaschi, Verónica (2015) “Hoteles monumentales”. El impulso al turismo durante los gobiernos demócratas en la provincia de Mendoza, Argentina. Artículo disponible en: http://caiana.caia.org.ar/resources/uploads/6-pdf/Cremaschi.pdf
- Raffa, Cecilia (2020) Construir Mendoza: obras y políticas públicas en el territorio: 1932-1943 Mendoza: Comité Editorial IHA – Instituto de Historia del Arte – Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Disponible en: https://bdigital.uncu.edu.ar/15153
- Gran Hotel de Potrerillos, sitio web disponible en: http://granhotelpotrerillos.com/el-hotel/