La oscuridad que paralizó este lunes a España, Portugal y parte del sur de Francia comienza lentamente a disiparse. Después de más de seis horas de colapso eléctrico total, el servicio empezó a restablecerse en distintos puntos de la Península Ibérica, en un operativo de emergencia que involucra a centrales hidroeléctricas y redes de alta tensión.
El corte, que comenzó a las 12:30 (hora local), dejó fuera de servicio a trenes, subterráneos, hospitales, semáforos y sistemas de comunicación, desatando un caos generalizado en calles y aeropuertos. Ante el impacto, el presidente español, Pedro Sánchez, encabezó una reunión urgente del Consejo de Seguridad Nacional para monitorear la crisis desde el Centro de Control de Red Eléctrica en Madrid.
Aunque inicialmente se barajó la posibilidad de un ciberataque, la teoría fue descartada más tarde por António Costa, presidente del Consejo de la Unión Europea, quien aseguró que no hay evidencia de una intrusión maliciosa en los sistemas eléctricos. En cambio, las operadoras de red, tanto en España como en Portugal, atribuyeron la falla a un “fenómeno atmosférico inusual”, que habría causado fuertes oscilaciones en las líneas de alta tensión.
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Avanza la recuperación, aunque de forma progresiva
A medida que caía la tarde, las buenas noticias comenzaron a llegar: las centrales hidroeléctricas de Castelo de Bode y la termoeléctrica de Tapada do Outeiro lograron reanudar la producción de energía, iniciando un proceso de reconexión gradual. Primero se restableció el suministro en las zonas más próximas a las plantas, y desde allí comenzó a expandirse hacia otras regiones afectadas.
Desde el Palacio de La Moncloa, Pedro Sánchez confirmó: "El suministro eléctrico ha comenzado a recuperarse en el norte y sur de España. Seguimos trabajando para extender la normalización a todo el territorio".
A pesar de estos avances, el centro del país, incluida Madrid, todavía enfrenta cortes parciales y la expectativa de una recuperación lenta, que podría prolongarse durante toda la semana, según advirtieron las autoridades energéticas.
Una causa aún por esclarecer
La empresa REN, operadora de la red portuguesa, explicó que el apagón fue provocado por una "variación atmosférica inducida", resultado de las extremas diferencias térmicas que afectaron a España en las últimas horas. Esta variación habría desincronizado los sistemas eléctricos interconectados, generando un corte en cadena de gran magnitud.
No obstante, desde el Gobierno español insistieron en que "ninguna hipótesis está descartada" y que las investigaciones siguen abiertas, dada la magnitud inédita del suceso.
Calles que vuelven a la vida
Mientras el suministro se normaliza de manera progresiva, las ciudades intentan recuperar su pulso habitual. Las calles, que horas antes estaban repletas de ciudadanos desorientados caminando entre autos varados y comunicaciones caídas, comienzan a mostrar signos de reactivación con el regreso de la luz, el tránsito y el servicio de transporte público en algunos sectores.
La Península Ibérica encara así un proceso de recuperación que, aunque paulatino, ya deja ver un horizonte de estabilidad tras un día que quedará marcado como uno de los peores apagones de su historia reciente.