El Kremlin ha confirmado la detención de 11 individuos, incluyendo a cuatro presuntos agresores, en relación con el ataque perpetrado en una sala de conciertos cercana a Moscú, el cual fue reivindicado por el grupo ISIS. Hasta el momento, se han reportado 115 víctimas fatales y más de 140 heridos a causa de este terrible suceso.
Este acto de violencia surge en medio de una serie de amenazas y se interpreta como una represalia por parte de la organización yihadista ante la participación de Rusia en los conflictos en Siria y el Sahel africano.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) han declarado que los sospechosos "tenían contactos" en Ucrania, donde presuntamente planeaban escapar.
"Después de llevar a cabo el acto terrorista, los criminales tenían la intención de cruzar la frontera entre Rusia y Ucrania, contando con contactos adecuados del lado ucraniano", afirmó el FSB, según lo citado por la agencia estatal TASS.
Como respuesta a esta situación, Rusia ha intensificado las medidas de seguridad en aeropuertos, estaciones y en toda la capital, una metrópolis que alberga a más de 21 millones de personas.
La advertencia emitida por la Embajada de Estados Unidos en Rusia hace dos semanas sobre posibles ataques "extremistas" en la capital Moscú ha cobrado un nuevo significado tras este trágico incidente.
El presidente ruso, Vladimir Putin, quien fue reelegido para un nuevo mandato de seis años el pasado domingo, desplegó miles de tropas en Ucrania en 2022 y ha advertido en repetidas ocasiones sobre presuntas acciones de desestabilización por parte de potencias extranjeras, incluyendo a Occidente.
La Casa Blanca ha expresado su consternación por las imágenes del tiroteo en la capital rusa, calificándolas como "horribles y difíciles de ver".
"Las imágenes son simplemente horribles y difíciles de ver y nuestros pensamientos, obviamente, están con las víctimas de este terrible, terrible ataque a tiros", comentó el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, lamentó la tragedia, expresando sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Las autoridades rusas han fortalecido las medidas de seguridad en aeropuertos, estaciones y en toda la capital, hogar de más de 21 millones de personas. Hasta el momento, el presidente Putin no ha emitido declaración alguna sobre lo ocurrido.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó el suceso como un "atentado terrorista sangriento", instando a la comunidad internacional a condenar este crimen atroz. La portavoz del Ministerio, Maria Zakharova, aseguró que se están realizando todos los esfuerzos posibles para socorrer a los afectados.
Disparos contra la gente
En un video no verificado publicado en las redes sociales aparecían hombres con armas automáticas disparando repetidamente contra civiles que gritaban, incluidas mujeres, que estaban acurrucadas debajo de lo que parecía un cartel de entrada al "Crocus City Hall".
Otras imágenes de video mostraban a varias personas tendidas inmóviles en charcos de sangre fuera de la sala. Reuters no pudo verificar de inmediato las imágenes.
Uno de los videos mostraba a los atacantes disparando contra la gente en la sala de conciertos.
La embajada de Estados Unidos en Rusia advirtió a principios de este mes que "extremistas" tenían planes inminentes para un ataque en Moscú.
La sede diplomática emitió su advertencia varias horas después de que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), el principal sucesor de la KGB de la era soviética, afirmó que había frustrado un ataque a una sinagoga en Moscú por parte de una célula del grupo militante musulmán sunita Estado Islámico.