La Alemania post Ángela se encamina, en las apariencias, a romper el eterno bipartidismo y acercarse a una realidad más europea. Cuántas opciones van apareciendo en las negociaciones y cómo aparecen terceras y cuartas fuerzas
Por Jorge Bossio
Alemania votó y habló. Son las elecciones que darán un perfil a un país post Ángela Merkel, una de las mujeres más poderosas del mundo. Ella deja, en sí, un vacío que ni el candidato de la Social Democracia, Olaf Scholz, ni mucho menos el de su propio partido, Armin Laschet, pueden llenar.
Precisamente, los dos principales partidos tienen una diferencia de sólo un punto, por lo que cobra importancia el papel de la tercera y cuarta fuerza, el Partido Verde y los liberales que entre los dos sacaron un 26 por ciento.
Ahí se va delineando lo inédito de esta elección, ya que Alemania, a diferencia de muchos de los países de la Unión Europea, siempre se caracterizó por el bipartidismo, lo que la constituyó en superpotencia.
En esta ocasión se van perfilando, por primera vez, tres bloques bien definidos y tanto el Partido Verde como los liberales, dieron una clara señal que, pese a sus diferencias ideológicas, entendieron que ellos podrían constituirse en una tercera fuerza que no sólo elegirá el futuro Canciller, sino que definirán, negociando, programas de gobierno.
Y esa señal, fue la de reunirse primero entre ellos, para después hacerlo con las dos principales fuerzas políticas del país.
Por eso, lo del planteo del título. Dicen los periodistas europeos que las dos opciones que se pueden dar son, por un lado, los colores de un “semáforo”, el rojo de los Social Demócratas, el Partido Verde y el amarillo Liberal. La segunda opción sería, el verde y el amarillo, más el Negro de los Conservadores, o sea la bandera de Jamaica.
Si bien, en principio, los Verdes tienen mayor cercanía con la centro izquierda, nada impide que puedan negociar también con la Democracia Cristiana, luego de coincidir con los liberales.
Alemania arrastró hechos claves del siglo veinte. Impulsor de las dos guerras mundiales y el nefasto muro de Berlín. Pero a partir de eso, con tiempo y grandes liderazgos, se fue constituyendo en la locomotora de Europa.
Con respecto a la formación de Gobierno, la única fecha fija y obligatoria es el 26 de octubre cuando se constituye el Parlamento. El resto da espacio para muchas negociaciones para conocer quién será el siguiente Canciller. Europa y el mundo miran con atención cómo se resuelve esta cuestión.