Es sabido que cuando el aprendizaje se vuelve lúdico llega de otra manera. A la hora de asistir a las empresas para mejorar y reorientar sus procesos productivos especialistas del INTI encontraron que, a través de distintos juegos, las estrategias de “mejora continua”, resolución de problemas y planificación se vuelven más fáciles de asimilar e implementar para todos los trabajadores/as.
“Podemos explicar todas las herramientas que tenemos de una forma teórica y difundir en nuestra planta los beneficios de aplicarlas, pero tienen que confiar en nuestras palabras. En cambio a través del juego pasan por el cuerpo la experiencia de cuánto mejor se trabaja aplicando estas estrategias”, explicó la especialista e integrante de la Red de Tecnologías de Gestión del INTI, Lía Bedatou.
Desde la sede del organismo en San Luis, un equipo liderado por el ingeniero Martín Fernández, jefe del Departamento de mejora de la Productividad, Proyectos y Tecnologías de gestión Cuyo, creó “Kanban-Portezuelo” un juego de mesa que con un tablero, tarjetas y fichas con formas de animales autóctonos, simula el proceso productivo de una empresa y su respuesta a los pedidos de los clientes en función de su nivel de organización, del más caótico al más armonioso y productivo.
El producto, desarrollado por la cooperativa de diseño puntana Salta la Chiva, fue puesto a prueba este año con integrantes de Rheem, firma dedicada a la fabricación de termotanques en su planta de San Luis. “A fines del año pasado nos convocó Marcelo Aguilar, actual gerente de la empresa, para hacer una capacitación teórico-práctica a referentes de distintas áreas acerca de PDCA, que es una metodología de resolución de problemas. Su idea era introducir una mejora continua como parte de nuevos cambios. Inmediatamente pensamos en utilizar este juego con ellos”, recordó Rojas Salazar.
Los participantes, que ocupan ocho roles distintos, comienzan el desafío simulando un esquema desorganizado con distintos tipos de obstáculos para resolver los pedidos en un tiempo limitado. Como resultado obtienen una cantidad de demandas insatisfechas. Para el segundo nivel, los participantes implementan diversas metodologías de gestión, como las 5 “S” o el método Kanban, que mejoran la productividad en un 50%. Hacia el tercer nivel, las demandas insatisfechas se reducen a cero.
Una nueva filosofía
Con esta iniciativa lúdica trabajadores y trabajadores de diversos cargos –desde jefes de sector a operarios y encargados- identifican las posibles problemáticas y los caminos para resolverlas desde la metodología Kaizen, término japonés que significa “mejora constante”, a partir de sencillos pasos que tiendan a reducir los tiempos improductivos, acelerar el flujo de trabajo, mantener el orden y la seguridad.
Así, por ejemplo, pueden dilucidar que un atraso en la producción podría resolverse con la reorganización de la planta (optimización de Lay Out) o que, a partir del uso de tarjetas (kanban), flexibilicen el proceso de manufactura para entregar los productos cuando son solicitados y con la calidad requerida, alcanzando ventajas competitivas sin una inversión significativa.
Por otra parte, Bedatou destacó que el juego facilita una mejor comprensión y empatía entre los sectores de una empresa que, por un momento, pueden dejar de lado las jerarquías y construir una mirada colectiva: “Siempre tratamos de que intercambien los roles. Si va a participar un jefe de producción, que juegue a ser operario o encargado de depósito y viceversa, así ven los problemas desde otros zapatos y comprenden lo que se vivencia desde distintos sectores”.
Para el caso de Rheem, después de la capacitación y la experiencia lúdica, los participantes pudieron implementar una intervención para resolver un problema concreto con el proceso de embalado de los termotanques. Ellos identificaron el conflicto, presentaron un proyecto de mejora del equipo averiado y llevaron a cabo el mantenimiento.
Hasta el momento, más de 700 empresas argentinas fueron asistidas por la Red de Tecnologías de Gestión del INTI que genera diversas técnicas de enseñanza –con alrededor de 30 juegos en su haber, entre analógicos y virtuales – y que convierte un contenido abstracto en una situación concreta, palpable y transferible a la realidad cotidiana del sector productivo.
“En las fábricas hay estándares, ciertos modos instituidos del hacer, pero eso tiene que ser un punto de partida para buscar algo mejor, no quedarte quieto porque siempre va a haber una mejor forma de hacer las cosas. Ese el mensaje que cubre a las otras herramientas que tenemos”, concluyó Bedatou.