La llegada de nuevos participantes sacudió los cimientos de la casa de Gran Hermano. Entre ellos, destacaban Sabrina y Denisse, exconcursantes que regresaron gracias al Golden Ticket, mientras que los otros 5 eran completos desconocidos para el resto de los habitantes, lo cual cambió drásticamente la dinámica de convivencia.
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Damián irrumpió en la casa con una actitud desafiante, decidido a desafiar el dominio de Furia. Consciente de la importancia de Catalina como su aliada principal y de su influencia fuera de la casa, dado su previo paso y regreso, intentó confrontarla directamente. Sin embargo, su enfrentamiento directo solo logró generar desconfianza entre los demás habitantes.
Furia y Catalina fueron las primeras en criticarlo abiertamente. "¿Quién se cree que es? Debería haber esperado al menos 48 horas; quiso entrar pisando fuerte y solo terminó en ridículo", comentó Juliana.
Martin Ku tampoco vio con buenos ojos la actitud de Damián y se lo hizo saber a Catalina: "Sabe que tú reaccionas rápido y por eso te provocó. No va a intentar provocarme a mí... no sé. Puede que sea un buen movimiento estratégico, pero fue precipitado. Solo espero que no vaya tras el liderazgo, porque eso es lo que yo tengo en mente".
Por otro lado, Darío trató de analizar la situación de manera más comprensiva: "Hizo este movimiento a las 72 horas de ingresar, lo cual es audaz, pero también arriesgado. Espero que lo haya hecho con plena conciencia, porque si no, me da pena".
A pesar de los comentarios, Catalina compartió con sus compañeros que si Damián continuaba con esa actitud, su permanencia en la casa estaría en peligro, ya que se mostraba demasiado seguro de sí mismo. Damián, por su parte, fue más sincero en una conversación con Sabrina, Emmanuel y Joel, admitiendo: "Siento que mi silencio incomoda a muchas personas".